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CONOCER Y APRECIAR NUESTROS VINOS
(Editado por El Consejo Regulador de la denominación de origen Manchuela)

Desde sus primeros pasos el vino está asociado al hombre.

Sería difícil encontrar una materia especifica de nuestra cultura en la que el vino no se halle directo o indirectamente presente.

A continuación pretendemos ofrecer unas breves pinceladas divulgativas sobre el vino, que nos aproximen a su conocimiento y circunstancias, así como a sus variedades, su crianza y unas breves normas de conservación y consumo.

EL ETIQUETADO.

La etiqueta es “el carnet de identidad” de un vino, gracias a ella podemos saber todo sobre el preciado líquido que vamos a adquirir o degustar

Elegancia, sobriedad e información útil, son condiciones a apreciar en una buena etiqueta, en ella deben figurar: nombre del vino, procedencia, añada, bodega elaboradora, número de registro embotellador, variedad, tipo de vino, graduación alcohólica, número de lote y contenido.

Aparte de la etiqueta y collarín (en el caso de necesitarse), los vinos sujetos a denominación de origen deben de llevar la contraetiqueta especifica de la Denominación, así como el número de control otorgado por el Consejo regulador y las características del vino que su reglamento recoja.

CATA DE UN VINO

En pocas acciones del ser humano intervienen tantas actividades sensoriales, tantos efectos ambientales y tal cantidad de sustratos culturales, como en la bebida.

Degustar un vino es una experiencia polisensorial, las sensaciones que se perciben son:

  • Visuales.
    • Las características cromáticas nos presentan su color, limpieza y fluidez..... el color nos dice el cuerpo, la edad y el estado de un vino.

  • Olfativas
    • Debido a los cuerpos volátiles presentes en el vino, que le dan bouquet y aroma, hay dos vías de acceso a las mucosas olfativas.
    • La vía nasal directa: las sensaciones dependen de la riqueza de los olores, los vapores odoríferos del vino y la fuerza de la inspiración.
    • La vía retro-nasal: las sensaciones dependerán del calentamiento del vino en la boca.
  • Gustativas
    •  Los órganos receptores son estimulables por las sustancias sápidas. El numero de sabores es infinito, pero es el conjunto de los cuatro gustos fundamentales: dulce, ácido, salado y amargo los que son percibidos por las papilas gustativas de la lengua. El vino posee los cuatro sabores elementales. El gusto azucarado se lo proporciona el alcohol y eventualmente sus azucares. El gusto ácido, se lo proporcionan sus ácidos orgánicos libres. El gusto salado se debe a sus ácidos salificados. El gusto amargo se debe a sus compuestos fenólicos, comúnmente llamados taninos.
  • Táctiles
    •  En la boca, además de las  sensaciones sápidas, se perciben sensaciones táctiles. A través de ellas se conoce la temperatura, viscosidad, consistencia, untuosidad y cuerpo de un vino.

DIFERENTES TIPOS DE VINOS

VINOS JÓVENES:
son los vinos de la cosecha del año, bien sean estos blancos, rosados o tintos, debiendo de consumirse para apreciar todas sus características organolépticas, dentro del año de su embotellado.

VINOS DE CRIANZA:
son aquellos vinos que tienen un mínimo de dos años, contando a partir del mes de enero siguiente a  la vendimia, el sistema de crianza, puede ser en barrica de roble o mixto, en barrica y botella, debiendo permanecer en roble un mínimo de doce meses.

VINOS DE RESERVA:
se consideran reservas cuando el proceso de crianza o envejecimiento, se desarrolla en envases de roble y botella durante un periodo mínimo de tres años con una estancia mínima en barrica de roble de doce meses.

VINOS DE GRAN RESERVA:
son vinos que como consecuencia de su crianza han alcanzado unas características excepcionales. Su crianza será de un mínimo de veinticuatro meses en barrica de roble, seguido de un reposo en botella de al menos treinta y seis meses.

LA COMPRA DEL VINO, SU CONSERVACIÓN Y SERVICIO



Comprar un buen vino, exige mantenerlo en óptimas condiciones, para que al abrir la botella, ofrezca toda la plenitud de sus sabores y aromas, el local donde debe conservarse el vino requiere estabilidad en su temperatura, alrededor de 15 º C, cierto grado de humedad relativa, iluminación escasa, y ausencia de vibraciones. Las botellas deben guardarse en posición horizontal.

En el momento del servicio , debemos conocer si se ha formado depósitos naturales, o si se presenta limpio y brillante. La aparición de posos naturales en ciertos vinos, no necesariamente desmerecen su calidad, pero si es necesario servirlo tras una cuidadosa “decantación” procedimiento que algunos mayordomos ingleses practican como un verdadero ritual

La cápsula se corta por debajo del gollete , se limpian los bordes de la botella y se introducen el sacacorchos en el centro del mismo. No debe perforarse el corcho en su totalidad, y bajo ningún concepto debe darse vueltas a la botella, es el saca corchos el que gira.

Una vez descorchada la botella, limpiaremos el gollete. El corcho debe olerse para descubrir posibles olores a moho que harían desechable el vino. La botella se sujeta de pie y nunca debe apoyarse en la copa al servir vino.

TEMPERATURAS A LAS QUE DEBEN SERVIRSE LOS VINOS

6º C Licores y aromáticos blancos meridionales, blancos secos septentrionales, espumosos naturales, de aguja y gasificados.
8º C Rosados, vinos de licor secos, blancos secos gran origen.
8/10º C Vinos dulces naturales, de licor dulces, tintos ligeros, jóvenes y afrutados.
14/16º C Tintos de crianza
16/20º C Tintos reserva y gran reserva.

 


   
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