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PEDRO EL ZAPATERO.
(Pedro Sáez Mancebo)
Recordamos a este artesano que tuvo su negocio, durante mas de 50 años. 1913-1966
Me piden que cuente, para ponerlo en la página de internet
“Higueruela, mi pueblo” en su apartado de “Viejos negocios”, como era la zapatería de mi padre Pedro, fundador
de este negocio, que estuvo abierto en Higueruela durante más de 50 años,y voy a aprovechar,
al mismo tiempo para ir contado no solo su trabajo, sino también su vida.
(Alfonso Sáez López) 2013.
Mi padre, Pedro Sáez Mancebo, (1899-1967), fue el segundo de tres hijos, del matrimonio formado por ALFONSO SAEZ BUENO y MICAELA MANCEBO MINGUEZ. aprendió el oficio en Pétrola, donde se desplazó a la temprana edad de 10 años. Allí estuvo cuatro años, viviendo en casa de unos familiares. Juanico, zapatero de esa localidad, fue su instructor.
Durante ese tiempo aprendió a fabricar sandalias y zapatos partiendo de modelos y plantillas, tanto para hombres como para mujer, así como el arreglo de calzado usado, poner tapas, medias suelas coserlos, etc.
Nos contaba años después como una anécdota, que a su maestro Juanico el zapatero, le invitaban a todas las bodas de Pétrola, porque él siempre regalaba un par de zapatos a la novia, y por eso era tan deseado. “Dicen que no se perdía una boda”.
Ya aprendido el oficio, se vino de nuevo a Higueruela, donde montó su primera zapatería. Aprovechó la parte baja de la casa de mis abuelos, que vivían en la Plaza del Ayuntamiento, para instalar su primer taller.
Unos años después, al casarse, con mi madre Rosario López Molina el cinco de enero de 1929, se cambio de domicilio, ocupando una casa situada en esa misma plaza pero junto a la fuente. El edificio era de tres plantas, ocupando el oficio la planta baja. Donde, nos criaron a mis tres hermanas Micaela, Mercedes, Mari-Ángeles y a mí. Mi padre siempre compartió los trabajos de zapatero, con el cultivo de las tierras familiares.
Allí estuvimos hasta el año 1939 que nos compramos una casa en una de las calles más comerciales de Higueruela, la calle Estación, fuimos vecinos de otro famoso artesano “Antonio el Corrionero, de cuyo negocio solo nos separaba un estrecho callejón, y enfrente de la zapatería teníamos la tienda de Tiburcio Cano, años más tarde regentada por Laureano Cano y Nieves Cantos.
Ocupaba el oficio o Zapatería una de las habitaciones principales de la casa, con una gran ventana que daba a la calle. En las paredes solía poner clavos en vez de estanterías para colgar los zapatos, hacía zapatos y botas de encargo,a elegir entre los colores habituales; blanco, negro, azul, rojo y alguno mas. Tardaba dos días en hacerlos. Las épocas en que mas le pedían zapatos nuevos eran las vísperas de fiestas y Navidad.
El material se compraba en Albacete, sobre todo las suelas, en Casa Legorburo y en el Pasaje de Lodares, cuando la compra era mayor, en Valencia tenían mejores precios.
El año 1960 uno de mis cuñados me convenció y me marché a Elda, donde siendo una ciudad tan zapatera, no ejercí este oficio, dedicándome durante toda mi vida laboral al mundo del transporte de mercancías, donde ejercí de forma autónoma.
Por este motivo, mi padre trabajó en solitario los últimos siete años, La zapatería cerró sus puertas el año 1967, unos pocos meses antes de que falleciera a la temprana edad de 67 años.
Estado actual de la casa donde se instaló la zapatería.
Nuestro informador Alfonso Sáez López, nació el año 1932. Después de ir a la escuela con Don Julio Perote y Don José Colmenero. Aprendió de su padre los oficios de agricultor y artesano zapatero, trabajando en el negocio familiar hasta el año 1960. Se caso el año 1961 con una paisana nuestra, María Sánchez Fernández, siendo padres de tres hijos y abuelos de 7 nietos.
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