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PREGÓN DE LUISA CANO CANO PARA LAS FIESTAS DE SANTA QUITERIA 2025. ![]() PREGÓN DE LAS FIESTAS DE HIGUERUELA 2025
En mayo, Higueruela huele a lilas, a lirios, a azucenas, a limpieza…. Sentimos los aromas que desprenden la elaboración de magdalenas y tortas secretas. El campo se viste con sus mejores tonos de verde y amarillo, salteados por el intenso rojo de las amapolas. Notamos los preparativos. Estamos en fiestas. Buenas tardes queridos vecinos y amigos de Higueruela: Las fiestas ya están muy bien anunciadas en el programa, donde se nos dan todos los horarios y demás detalles. El Pregón es el acto oficial con el que empezamos a disfrutarlas. Hoy, es un día especial para mí porque tengo el honor y la gran alegría de dirigirme a todos vosotros en este acto tan emotivo. La Comisión 2025 ha pensado en mí y les estoy muy agradecida. Qué gran e inesperada sorpresa me llevé cuando me propusieron para ser la pregonera. A mí siempre se me ha requerido para otros menesteres como coser una puntilla, hacer unos bordados, unos ojales u otros arreglos cotidianos, también muy importantes y necesarios. Esta vez era algo muy distinto y acepté después de unos momentos de reflexión y ciertas dudas, considerándolo como un reto en mi vida muy ilusionante. Soy una mujer de Higueruela como tantas otras que vivimos aquí cada día del año, que nos relacionamos y participamos en diferentes y variadas actividades locales, con la suerte de tenerlas muy cercanas y accesibles, mucho más que en una gran ciudad. Siempre que me preguntan o que surge la ocasión, digo con orgullo y voz alta que soy de Higueruela y que éste es el pueblo donde nací y llevo viviendo toda la vida. No es ni el más grande, ni el más bonito, ni el mejor del mundo, pero es mi pueblo y, si una cosa me enorgullece, por encima de todas, es que la convivencia es fácil entre los vecinos y la gente que, por temporadas más o menos largas, están también con nosotros. Y esto, queridos vecinos, en los momentos tan revueltos e inquietantes que vivimos, tiene una gran importancia. Una de las cosas que favorecen esta convivencia son las asociaciones que tenemos: de mujeres, jubilados, jóvenes, deportivas, culturales…, así como la cantidad de actos que cada año se programan, tanto de ocio como formativos, pudiendo cada uno elegir según sus gustos y aptitudes: pintura, labores, música, deportes, club de lectura… Gracias también a las excelentes instalaciones deportivas de que disponemos y que son el asombro de mucha gente que nos visita de otros pueblos, comarcas, regiones... Nuestros niños, jóvenes y mayores pueden hacer actividades físicas para mantenerse en forma y, sobre todo, fomenta hábitos saludables y una relación social muy importantes. Atrás quedaron esos tiempos en que nos bañábamos en unas balsas con el agua verde y los más decididos aprendían a nadar. Se jugaba al fútbol en un espacio sin condiciones y sin zapatillas de marca. Era lo que teníamos y también nos sentíamos felices. La asociación de mujeres, de la que formo parte, ha conseguido reunir a un número muy importante de socias de todas las edades que respondemos ante cualquier convocatoria, tanto para divertirnos, compartir una merienda, participar en viajes, charlas formativas de todo tipo. Como ejemplo, la confección de este toldo de ganchillo tan bonito, un proyecto muy bien acogido, con mucha participación de jóvenes y mayores, pero que el tiempo, como a todos, ya ha castigado y tendremos que plantearnos su renovación en un futuro no muy lejano. Fue muy ilusionante hacerlo y colocarlo y aprendimos mucho juntas. Mención especial para el grupo folklórico de manchegas (tanto los que bailan, como los que cantan y tocan los instrumentos musicales) que han reunido un grupo muy numeroso de personas de distintas edades y condiciones que, a base de esfuerzo y muchos ensayos, han conseguido un acto precioso lleno de color, movimiento y alegría. En él se lucen unos preciosos trajes que son verdaderas obras de arte y que, con tanta ilusión y esmero, han bordado sus madres o abuelas. Serán un recuerdo para toda la vida. ¡¡Qué alegría que los niños y la gente joven se vean implicados en esta tarea de mantener nuestras tradiciones!! Muchas gracias a todas las personas que lo han hecho y lo siguen haciendo posible. La banda de música y la charanga son el alma de las fiestas que, con su trabajo y disciplina durante todo el año, al llegar estas fechas llenan nuestras calles de ritmo y emoción. Hasta que no los escuchamos no nos da la sensación de estar en fiestas. Cómo disfrutamos con sus pasacalles y sus conciertos y, para muestra, el más reciente del pasado día 26 de abril. ¡¡Qué bien lo pasamos!! Por ello, un grupo de vecinos de la calle Santa Quiteria les ofrece, desde hace más de veinte años, tanto a La Banda como a la Comisión, un almuerzo de recuperación durante la diana del día 24. Se lo merecen ¡Ojalá se mantenga esta costumbre en el futuro! Desde hace ya bastantes años, destaca la forma de organizar las fiestas locales, tan singular y participativa. Que un grupo de personas nacidas en un mismo año (los quintos), acompañadas de sus parejas (si las tienen), se comprometan a trabajar durante un año, es muy de agradecer. La Comisión empieza su andadura en verano y, a lo largo de los meses, organiza actos y festejos variados para costear en parte las fiestas, a la vez que dan un servicio durante los meses en que hay menos actividad y en momentos puntuales como Navidad, Carnaval… Durante los días de fiesta llevan una actividad frenética y agotadora. El día 24 de mayo, con la traca final, se sienten cansados, pero satisfechos. Cuando comentas a gentes de otros lugares esta forma de preparar y presentar las fiestas, se quedan asombrados. Es una situación por la que ya hemos pasado muchos grupos y sabemos las dificultades que entraña, lo que nos debe hacer comprensivos ante posibles errores u omisiones. Por ello, más que poner faltas a las cosas, aportemos cosas a lo que falta. Ser de la Comisión también tiene momentos muy divertidos y una convivencia que deja huella para siempre: nos saludamos de una forma distinta, con más cercanía, nos conocemos mejor y, en ocasiones, nos sorprendemos entre nosotros de la familiaridad que se puede llegar a conseguir con personas que apenas conocías. Con este período de convivencia descubres los valores que cada uno puede aportar. Los momentos de discusión y desavenencias pronto caen en el olvido. Durante las vísperas, el horno era un punto de encuentro donde acudíamos a hacer los “batidos” de magdalenas y algún bizcocho, que saboreábamos con deleite, ya que durante el año eran menos abundantes de lo que son ahora. A mí siempre me ha gustado la víspera: la ofrenda, la hoguera y sobre todo el castillo de fuegos artificiales; éste último me sigue emocionando como cuando era pequeña. Y, sobre todo, la gran ilusión y expectativa que poníamos en los días que llegaban. Durante los días de Fiesta la gastronomía era sencilla y especial: paella con auténtico pollo de corral y con caracoles que habíamos reservado en un cesto con romero, o bien, un buen guiso de albóndigas para dejar la comida hecha, ya que permitía ir a la procesión con cierta tranquilidad. Se completaba con los postres: natillas con leche de cabra hechas con paciencia y a fuego lento o un buen plato de “montenevado”. ¡¡Qué bueno estaba todo!! Si llegaban visitas a casa, no había langostinos, pero siempre había jamón y salchichón gran reserva, que con un porrón de vino hacía las delicias de los presentes. Otra de las cosas que nos evocan recuerdos son las fotografías que nos dejaron constancia de cómo se vivían las fiestas. Las recordamos en tonos de grises, como las procesiones, el jardín; éste muy distinto a como es ahora, pero siempre el punto de encuentro. También nos muestran las calles del pueblo con el piso de piedras y tierra. Cómo vestían los hombres y mujeres, que en esos días se esmeraban en lucir lo mejor que tenían. Llegaba al jardín un fotógrafo con unos caballitos de cartón y un carro donde se colocaban los niños muy bien peinados y arreglados para tener un recuerdo. Los jóvenes se atrevían a ponerse unos sombreros y unas pistolas al más puro estilo de las películas del oeste. Hoy nos hacemos tantas fotos que no nos da tiempo ni a verlas y, a veces, salimos en las que no hemos querido estar. Y lo más preocupante es que van a las redes, viajan solas y dejan de pertenecernos, por lo que hay que cuidar lo que compartimos. Cómo ha cambiado todo. Volviendo otra vez al presente, os animo a todos a participar en los festejos programados con alegría y espíritu de convivencia, en estos días en los que cambiamos el ritmo y la rutina diaria. En especial a los jóvenes les deseo que disfruten todo lo que puedan, con respeto, ilusión y la alegría de compartir con los amigos tantos momentos divertidos, sin perder el norte. Tomemos conciencia de que el futuro de esta convivencia y buen ambiente, tanto en las fiestas como en el día a día depende de todos: mayores, jóvenes y niños. Que el respeto y la generosidad imperen sobre todas las cosas. En la vida a cada uno de nosotros nos toca una circunstancia que va formando y modelando nuestra forma de ser a lo largo de los años. En este camino en el que influyen tantas cosas lo que más nos marca es la familia, los amigos, los vecinos, el ambiente que nos rodea. Por ello, en lo que a mí respecta, quiero dar las gracias a todas las personas que he tenido y tengo en mi vida:
La primera estrofa de las manchegas de Higueruela dice: “La tierra de los pucheros es Higueruela, la cubre con su manto Santa Quiteria”. Pido, de corazón, que nos cubra a todos con su manto y, si es posible, que lo extienda a todo el mundo. Que nos proteja y nos dé fuerza y salud para seguir adelante. Antes de terminar, quiero felicitar desde aquí a mi querida vecina Pascuala porque esta mañana ha dado el pregón en la Residencia. Mi respeto y cariño a todas las personas mayores y a sus cuidadores. Muchas gracias a todos por vuestra atención y Felices Fiestas. ¡¡¡ VIVA SANTA QUITERIA !!!
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