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PREGÓN DE
FRANCISCO TOMAS GONZALEZ,
PARA LAS FIESTAS DE SANTA QUITERIA 2024.
Vecinos, paisanos y amigos todos, muy buenas tardes.
Gracias por vuestra presencia en este acto.
En primer lugar quería enviar un saludos a todos aquellos que se encuentran enfermos o que por otras circunstancias no pueden acompañarnos en estos días, también quisiera evocar un emotivo recuerdo a quienes compartieron fechas pasadas y hoy no se encuentran entre nosotros, en especial a mis padres y a mis suegros, tampoco podía olvidarme del pregonero del año 2022 Juan Aparicio.
Mis saludo a la Corporación Municipal, quisiera desearles a las majas y majos que estos días sean inolvidables para ellos y los disfruten al máximo, y por supuesto a la Comisión de Fiestas, por el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que realizan durante todo el año, para que nosotros podamos disfrutar de estos maravillosos días, también quisiera expresarles mi agradecimiento por haber pensado en mí como pregonero de las fiestas 2024.
Creerme que es para mi un honor, pero cuando a finales de febrero me lo propusieron, les dije que no, que era una gran responsabilidad, que no sabia si estaría a la altura y que qué iba yo a contar. Ellas me respondieron: Paco, pues seguro que tienes muchas cosas que contar. Tras varios días de reflexión me dije: ¿Pero como voy a decirles que no a la Comisión? con lo que para mi es el pueblo y las fiestas de Sta Quiteria, en las que he tenido el honor de participar en varias comisiones.
Y aquí estoy, para contaros unas pinceladas de mi vida.
Era el verano del 54, en el barrio de las Alfarerías cuando vine a este mundo, rodeado de mis padres Balterra y Maria y mis abuelos Pascuala y Alonso, este ultimo, alfarero de profesión, como todos los que en aquel barrio vivían y que dieron sentido al inicio de las manchegas “la tierra de los pucheros, es Higueruela”, que acabamos de disfrutar con la actuación de este grupo cada vez más numeroso, mi más sincera enhorabuena.
Pocos años después de que naciera mi hermana Flora, nos mudamos a la calle Ramón Franco, hoy calle Europa, al lado de la tienda de Benito Minguez, en este barrio tengo mis primeros recuerdos y mis amigos de la infancia Miguel Ángel, Pepe Cano, Paco el de Antoñín, Martín y mi primo Pepe. Al no haber ni televisión ni mucho menos redes sociales, el tiempo lo pasábamos jugando en la calle y nuestro campo de batalla eran las Martinotas, lugar que nos dio el nombre por el que el resto de los chiquillos de otros barrios nos conocían como: “Los de las Martinotas”.
Me invaden los recuerdos, de los partidos de futbol interminables en los que se nos hacia de noche sin darnos cuenta y finalizaban cuando veíamos aparecer a algunos de nuestros padres.
De acompañar a mi abuelo Alonso a la peluquería de Eluterio y que después siempre cayera algo del puesto de Lucas Fortuna.
De los días en el cine Agustín en los que no tenía ni un duro para entrar, pero me colaba gracias al parentesco con el portero, Juan Acémila.
De los vasos de leche en polvo que nos daban en la escuela para desayunar.
Del zompo, las bolas, el chinche, juegos con los que pasábamos el recreo.
De mi primer y último viaje en las barcas con Paco el de Antoñín, en las que cogí tal mareo que ya nunca jamás volví a subir.
Y de aquellas Fiestas en las que me gasté en la tómbola todo el dinero que me había dado mi padre, haber si me tocaba una muñeca para mi hermana y me quedé sin muñeca y sin dinero.
En el año 1968; se inaugura la oficina de la caja de ahorros provincial de Albacete en Higueruela, yo tenía 14 años cuando empecé a trabajar en ella, todavía vestía pantalón corto, como la mayoría de niños de aquella época. La primera advertencia de mi madre fue “no se te ocurra coger una perra”, imaginaros con esa edad como fue mi primer día de trabajo, que esa misma noche tuve una pesadilla, soñaba que estaba envuelto en papeles y por mucho que lo intentaba no conseguía deshacerme de ellos, que pelea no llevaría, que al despertar tenía toda la ropa tirada por el suelo.
Mis vacaciones siempre eran en agosto y en octubre, en agosto para ayudar a mi padre con la trilla y en octubre para la vendimia, era lo que había en aquellos años, las vacaciones eran poco conocidas y los que las teníamos las empleábamos en ayudar a nuestros padres.
El funcionamiento de los bancos era muy diferente, no solo éramos una entidad financiera, también el respaldo, el apoyo y el consejo para muchos vecinos, que dada la época no tenían la información ni los conocimientos de los que disponemos hoy, muchos de ellos no sabían leer ni escribir y para sacar dinero o abril una cuenta firmaban con con el dedo.
Igual abrimos una cuenta que hacíamos un documento privado por la compra de un bancal o una casa, y cuando había una boda, como no existían las tarjetas, tenía que esperar a los novios para ingresar lo recaudado, y así poder disponer en su viaje de luna de miel. En aquellos años, la mayoría de las bodas eran los domingos y si quedabas a las 6, llegaban a las 8. Resultado: Domingo perdido y la hija de Navarro enfadada.
De los 45 años que he estado trabajando en la caja, 33 los he compartido con el otro Paco. La amistad fraguada durante tantos años sigue viva y transmitida a nuestras familias. Gracias Paco, por haber sido mi apoyo, mi compañero y mi amigo.
Durante todo este tiempo he sentido el calor y el aprecio de todos vosotros, he intentado en todo momento complacer y ayudar en la medida de mis posibilidades cada vez que me habéis necesitado y si algo os puedo decir, es que me siento muy orgulloso de mi pueblo pero sobre todo de su gente.
En el año 1969, por primera vez en Higueruela, la caja de ahorros, a través de su obra social inaugura la biblioteca que como recordareis, se encontraba en la parte superior de la Oficina. Durante 23 años estuve al cargo de ella hasta su traspaso al ayuntamiento en 1993.
La biblioteca ha sido muy importante en el desarrollo cultural de nuestro pueblo y mucho más, en una época en la que no disponíamos de ludoteca, centro joven, gimnasio, pista de pádel, etc. Se convirtió en el sitio donde todos los niños y jóvenes quedaban, era además de biblioteca, sala de lectura, de reuniones, y de exposiciones sobre todo en las fiestas, quiero resaltar la que hubo del cuadro del Guernica de Picasso en granos de arroz, incluido en el libro Güines de los récords de nuestro paisano José Martínez, el mismo que poco después dono el cuadro de Sta. Quiteria “la vieja” expuesto en la Capilla de la Iglesia.
Una de las cosas de esta etapa que recuerdo con mas cariño es el haber enseñado a jugar al ajedrez a muchos de los hoy estáis aquí, también recuerdo que la única manera de mantener el silencio, y después de muchas advertencias era echándonos a la calle, claro que luego me la jugabais apagando las luces y me tocaba estar bajando y subiendo las escaleras para encenderlas.
El hecho de estar trabajando cara al público me hizo estar metido en muchos de los actos socioculturales del pueblo, en la restauración del cerro de Santa Bárbara, en la restauración de la Iglesia, en la Asociación Cultural Stizerola y en su periódico del mismo nombre. Aquel periódico era nuestro actual bando-móvil, tuvo mucha aceptación, sobre todo porque era el único medio para aquellos vecinos que vivían fuera de tener noticias de su pueblo.
Estuve varios años en la sociedad de baile, junto a un gran presidente como fue Cándido Marín y mi amigo Emilio el de Abilio. Los que ya tenemos algunos años, añoramos esos bailes de Navidad, Nochevieja, Jueves lardero, Las Fiestas y los veranos en la pista. Por Higueruela pasaron las mejores orquestas del momento, seguro que nos acordamos de los Faisanes, Oasis, Wacual, Acrópolis y otras muchas.
También participé en la directiva del fútbol, pero sobre todo en las comisiones de fiestas, mi primera vez en el año 75, repetí en el 79 y como dijo el pregonero del año pasado Martín, con el cual he compartido muchos momentos de mi vida, nos ofrecimos voluntarios un grupo de amigos que estábamos preparando una obra de teatro, con la intención de modernizar y hacer más participativas las fiestas, y permitirme que lo diga, pero creo que lo conseguimos, ese fue el primer año de las verbenas y también del concurso de gazpachos.
También el año 1982, en el que el chocolate con magdalenas fue la novedad de esas fiestas. A la comisión del 84 les ayudé con la contabilidad entre otras cosas, en el 2001 ya con mis quintos y mi 6ª y ultima participación en el 2003 con la quinta de mi mujer.
Permitirme que en este día tan especial para mí, no quiera olvidarme de las personas más importantes de mi vida, mis padres, mi hermana Flora, mis cuñados y sobrinos pero sobre todo, de mi Anita, a la que agradezco estos 44 años que llevamos juntos, por aguantarme, por estar siempre a mi lado, por quererme tanto y sobre todo por ser la madre de mis 3 hijos, María, Óscar y Ana, mi orgullo.
Hoy día 21 empiezan las fiestas 2024, y este año la Comisión de Fiestas nos ha preparado un extenso y variado programa de festejos, acabamos de realizar la tradicional ofrenda de flores a nuestra patrona Sta. Quiteria, hemos disfrutado de la bonita actuación de nuestro grupo de manchegas, nos quedan días intensos en los que no va a faltar el castillo, la hoguera, la carrera ciclista, almuerzos, verbenas, bailes, pasacalles con nuestra banda de música, la recogida del tradicional y apreciado rollo de Sta. Quiteria, que con tanto esmero han elaborado las mujeres de Higueruela y que por cierto mi madre era maestra en ello, intentaba no faltar a la cita y hasta en sus últimos años los hacía en casa y lo más importantes las procesiones en honor a Ntra. Patrona en su recorriendo por las calles del pueblo.
Higueruelanos, Higueruelanas y amigos que nos acompañáis, rompamos por unos días con la monotonía de todo el año, que la alegría no tenga más límite que el respeto a los demás, disfrutemos en todos los actos programados por la Comisión de Fiestas y honremos a nuestra patrona Sta. Quiteria.
A todos Felices Fiestas.
Viva Sta. Quiteria y Viva Higueruela.
(Fotogramas de dos videos)
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