ANTONIO MINGUEZ CARRION,
PARA LAS FIESTAS DE SANTA QUITERIA 2016.
Leyendo el pregón el pregonero y su hija
Buenas tardes Higueruela.
Saludo a todos los aquí presentes, paisanos, vecinos, amigos, familiares y a todos aquellos que por uno u otro motivo estáis aquí, en el comienzo de las fiestas de nuestro pueblo, y un recuerdo también, para aquellas personas que en este momento están fuera y no nos pueden acompañar más que con el pensamiento.
Saludo a las majas y majos de este año. Este grupo de jóvenes e infantes que, de seguro, vivirán unas fiestas que recordarán siempre.
Y a la Comisión de Fiestas, que no me olvido de ella, pero la dejo para el final del pregón.
Majas y majos 2016
Como hicieron en su día por las esquinas del pueblo: Donato, Paco "el de la Leonor", Francisco "El sacristán", Ana-María "la morra", y algún otro pregonero que ahora no recuerdo, hoy me corresponde a mí pregonar, desde este balcón, las fiestas en honor a nuestra patrona, SANTA QUITERIA, que este medio día, con el volteo de campanas, han dado comienzo.
Tener una patrona y dos imágenes que la representan, nos convierte en un pueblo muy singular.
La imagen vieja de Santa Quiteria, una escultura de madera tallada y policromada, de estilo gótico medieval, de la que desconocemos la fecha exacta de su llegada al pueblo.
Aunque ya nos vamos acercando, porque tenemos un documento del año 1592, un testamento donde aparece nuestra patrona que dice así:
Fragmento del documento
Mando ….. a la ermita de Nuestra Señora de los Llanos cinco reales, y a la ermita de Santa Quiteria de Higueruela dos reales.
Desde entonces ya pasaron ¡más de 400 años!
Con Santa Quiteria la nueva, nos pasa otro tanto, estamos sin fechas de antigüedad. Alfonso "El Bosque” nacido en el año 1902, recordaba que, por entonces, las fiestas del pueblo duraban dos días, y se hacía una sola procesión, ya que había una imagen.
En el año 1979 estando don Félix Pereda de cura, se restauró en un taller en Hellín.
Desde la llegada de don Cándido Córcoles, y sin oposición del pueblo, cada año preside el altar mayor una de las imágenes, y la otra descansa en la capilla.
Dejamos a la patrona para hablar un poco de nuestra historia, y para ello quiero comentar tres acontecimientos, que a mi entender han marcado a nuestro pueblo.
El primero, se trata del documento más antiguo del que dispongo, lo encontré en el Archivo Histórico Provincial y está fechado en el año 1457.
Para comprender mejor la lejanía de la fecha, faltaban 17 años para que Isabel y Fernando “los Reyes Católicos” mandaran en Castilla y Aragón.
En ese legajo, lógicamente éramos una aldea perteneciente a la entonces poderosa Ciudad de Chinchilla, y en él se ordena a tres regidores a visitar y controlar las aldeas y fuentes de su término.
La transcripción de dicho documento dice: "Higueruela. Aldea de Chinchilla con su dehesa y abrevador de la Peña del Charco. La visita se limita al boyalaje y sus alrededores. Son propietarios allí los Hijos de Garci Martínez, de Doña Marina y Juan García Madrona, …..Hay un pozo para el ganado del que los regidores prohíben a Miguel Sánchez que siga sacando agua con un caldero para regar."
Con estos datos, nos podemos hacer una idea de cómo era nuestra entonces, pequeña aldea.
Parte de dicho documento.
Damos ahora un salto de casi 400 años, fecha en que comienza la vida de Higueruela como un nuevo pueblo desligado de Chinchilla.
En 1817, La Chancillería de Granada obligó a Chinchilla para que le enviase un nuevo censo detallado de todas sus aldeas y parajes, y les insta a que les dé autonomía como villas.
Tres años después dicta este documento: "Villa de Ygueruela de la provincia de Murcia, año 1820 Expediente…. para la división, deslinde y amojonamiento del término de la nueva villa de Higueruela, separada constitucionalmente de la ciudad de Chinchilla."
El tercer y último hito nos lleva al año 1999. En ese año Higueruela comenzó a re-escribir su historia de nuevo con la instalación del parque eólico en nuestro término municipal. Un proyecto ambicioso y con un presupuesto que por aquellos años asustaba y mareaba, nada menos que 16.000 millones de pesetas.
Higueruela tendría a partir de ese momento otra historia, otra vista, otro mundo. Nuestra sierra cambió su fisonomía y se llenó de molinetas y nuevos caminos. También las arcas municipales notaron el cambio.
Incluso durante algún tiempo tuvimos el honor de tener,
EL MAYOR PARQUE EOLICO DEL MUNDO.
Esta es parte de la historia de nuestro pueblo pero hoy, aquí, no puedo olvidar contar también parte de mi historia.
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Mi padre al regresar de la guerra, marchó a Zulema a reunirse con su familia, ya que dos años antes, huyendo de los bombardeos de Albacete, mi madre y mis hermanos Martín y Paquita se habían trasladado. Vivieron en la casa heredada de la abuela María Josefa. Mi padre añoraba su pueblo y en el verano de 1940, cargaron los muebles en un camión y se vinieron a Higueruela. Al llegar a La Calicata y ver el pueblo les dijo a sus hijos “Mirad, a partir de hoy este será nuestro pueblo”.
No se instalaron en la Posada del Habanero, la casa de su padre, ¡les parecía más comercial la Placeta!
Así empezó “La tienda de Benito”, justo enfrente de la bodega de Felipón. Allí nacieron mis hermanos Esteban e Ismael. Siete años después compraron la casa de la calle Ramón Franco, donde montaron casa y tienda. Aquí se completó la familia con el nacimiento de mi hermana Mari, un poco diablo la moza, y en 1950 nací yo.
De mi padre, que os puedo contar que no se sepa, el año pasado la pregonera Catalina nos habló de su negocio. Hace dos años Pepe Colmenero, en un trabajo visual para el Instituto de Estudios Albacetenses, durante varios minutos habló de él, de su vida y de su negocio.
Y mi madre, como todas las madres, ¡la mejor del mundo!.
Con un año viajó a Argentina, donde mi abuelo murió y con tres años regresó a Zulema. Terminó viviendo con sus abuelos Juan Simón y Josefa, hasta que se casó con un mozo de Higueruela, que trabajaba en Albacete y que iba por su aldea vendiendo máquinas de coser.
Mi barrio fue la calle Ramón Franco, y donde jugaba, el callejón de las Martinotas. Un barrio muy artesano pues desde las escaleras de Verdejo a la Fuente del estanco teníamos:
2 fraguas, 5 bares, 3 peluquerías, 6 tiendas, 2 carpinterías, 1 bodega, 1 corrionero, 1 vaquería, 1 zapatero, 1 médico y la central telefónica.
Doña Paquita fue mi maestra de párvulos. En aquella escuela del callejón del estanco, comenzó mi amistad con Tiburcio y Juanito, amistad que ha durado toda la vida.
Después, en el cuartel viejo, asistí muy poco tiempo a la escuela de don José Colmenero, porque a los nueve años ingresé en el seminario de Hellín donde estuve 5 cursos.
Al dejarlo quise seguir estudiando en la Cedes, pero no me validaban los 4 años de bachillerato eclesiástico y lo tuve que dejar.
Trabajé en la tienda familiar hasta que me fui a la mili. Una tienda que era como El corte Ingles en pequeño, allí había de “todo”. Sin horario de apertura, ni de cierre.
Recuerdo como el día 21 de mayo se cerraba muy tarde, vendiendo lacas, velos, medias y perfumes, que hacíamos al gusto de cada cliente.
Total que la hoguera y el castillo, ¡¡¡no los vi hasta que me casé!!!
La vida en el pueblo para los jóvenes de mi edad, era tranquila, con poco nos apañábamos, en verano nos bañábamos en cualquier balsa, aunque estuviera llena de ovas. Los domingos en la balsa redonda o en la cuadrá, que nos cobraban un duro por el baño.
El cine era nuestra gran diversión, cada domingo ponían 8 películas, cuatro en cada cine, 2 por la tarde, y dos por la noche. El cine de arriba hasta que no llegaba “la Lola” no empezaba, y, en el de abajo Sisena se hinchaba a vender pipas mientras escuchábamos a José Guardiola cantar Brigitte Bardot y Un tango italiano.
Había una sociedad que organizaba bailes todo el año ¡y con orquesta!; Los Valeros de la Recueja y los Pardos de Jorquera, en fiestas grandes venían los faisanes.
Un grupo de amigos, David “el pecas”, Josete, Juanito y yo, le compramos el picú al Maleno.
Nos cobró 1000 pesetas por el tocadiscos y nos regaló un disco de Billi Cafaro con la canción “Un telegrama”, y... ¡se lo pagamos a plazos!.
Empezamos a organizar nuestros guateques, teníamos baile itinerante, me acuerdo de bailar en la terraza de la casa que tenían los rojos enfrente del horno, en las cuatro esquinas donde vivía Mateo, en el corral de Antonio "el de Víctor" y la Paquita, y al final Juanito consiguió permiso de su tía y acabamos en la terraza de la casa de la María de Marcos.
Si hacia mal tiempo el salón de baile era el pasillo de entrada a la casa y las escaleras que te llevaban al primer piso. En esas escaleras baile un día con mi cuñada Maruja, que me dijo “¡Como aparezca Marcos por aquí me muero del susto!”.
Eran del grupo María-Luisa, Antoñita, Aurelia, Teodora, Engracia, Isabel, Maruja y alguna más. Tanta fuerza tomó el guateque, que los de la sociedad ¡nos amenazaron con denunciarnos!. No cobrábamos entrada, regalábamos la bebida y teníamos el mejor pinchadiscos del momento, Josete el del Horno. El picú ahora lo conserva como una reliquia Borja.
Me fui a la mili, a Valencia, una mili larga, de tres años y voluntaria, tiempo en el que conviví con mi querida hermana Paquita y su familia.
Al acabar ésta, me marché a Albacete, me coloque, por enchufe de mi hermano Martín, en su tienda “Madrid - París” y estuve dándole la tabarra a su mujer Benita y sus cuatro hijos.
Después, gracias a mi “cuñao El Roscao”, casado con mi hermana Mari, entré en una empresa que ahora se llama Acciona, en la que he estado durante 35 años entre máquinas de escribir y ordenadores, hasta que me jubilé con 62.
Dicen que uno es del pueblo de su mujer, para evitar ese problema Segunda y yo somos de Higueruela los dos. En el año 1978 nos casamos y nos fuimos a vivir a Albacete. Desde ese día, hasta ahora, nuestra vida ha estado rodeada de maletas. De lunes a viernes en Albacete, y de sábado a lunes en el pueblo y va para 40 años.
Segunda ha sido el eje y motor de la familia. Hemos conseguido que nuestros hijos, Paloma y Benito Manuel, quieran el pueblo tanto como nosotros. Y, a sus parejas Manuel y Beatriz, poco a poco los convenceremos. Desde hace tres meses tengo permiso para llenar la calle de babas. Tengo un nieto.
Mi suegra Segunda me acogió en su casa como un hijo más. Y tengo dos cuñadas, (Clara y Maruja) como dos soles. De mi suegro me sorprendió su vitalidad, disfrutaba acompañando a compradores de ganado. Me sirvió de gran ayuda para conseguir información del pueblo, me contó costumbres y trabajos del campo, canciones y hablaba con nostalgia de cuando su familia vivía en el Cenajo. Me sirvió de guía en mi particular ruta por los cucos de nuestro pueblo. Esas construcciones en piedra seca, que sirven de refugio en pleno campo.
La Diputación, publicó un trabajo en el año 2000 sobre los cucos en la provincia, pero, en ningún momento se nombró Higueruela, aquel olvido me dolió, y al año siguiente, cámara en ristre junto a mi suegro, ¡que contaba 91 años!, visitamos durante varios días los cucos de Higueruela. Otro día el acompañante fue mi amigo Miguel, "el de Vico", que me enseñó a conocer los bardales y para qué sirven.
Me alegró un montón que en los años 2004 y 2005 el Ayuntamiento rehabilitara 8 cucos, y desde el 2009 existe un mapa turístico de ellos, con dos rutas para visitarlos. Y este, el de los cucos, fue de los primeros artículos que puse en la página.
Desde la publicación de este articulo, muchos otros han completado este rincón, con nuestras tradiciones, las mas cotidianas y las mas festivas, nuestros vecinos mas ilustres con sus artes, y uno de los apartados que mas gustan, el de los Apodos, esa forma tan particular que tenemos de reconocernos, aparte de nuestro nombre y apellido.
Diego, "el de Pela”, conocía con sus nombres y apellidos a todos los vecinos del pueblo, pero también conocía muchos apodos y me dejó una lista con más de 300. Paco "el de la Caja”, me dice que tiene casi 500, seguro que cualquier día de estos … me deja publicarla.
Yo no tengo un apodo como tal, soy “el hijo pequeño de Benito el de la Tienda” aunque bien podía haber sido “Sastre” como mi Abuelo “Martín el sastre”, o por parte de mi abuela Francisca podía ser “habanero”. David López, el juez de paz, cuando me ve me dice “¡Hola Mínguez cuarto!” y un amigo de mi hijo, Emilio, nieto de Abilio, siempre me llama ANTOÑÍN.
Aunque si de apodos se trata, los que de verdad le han sacado jugo han sido Lucas Collado, Mateo López y Benito Sáez en sus murgas y Chascarrillos.
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La tierra los pucheros es Higueruela, así comienza la coplilla donde se habla de una industria que dio carácter a nuestro pueblo, la alfarería, y que en el año 1878, se puso de gala y viajó a Francia, donde se celebró la Exposición Universal en París, siendo alcalde de Higueruela Tiburcio Cano García. A ese certamen se presentó Higueruela con 30 piezas de cerámica, fabricadas por los alfareros del pueblo, intenté ampliar esta noticia, buscando en el archivo local los nombres de los alfareros, y aunque no conseguí ningún documento, si sé que eran 7.
Y es que la página web me ha hecho vivir anécdotas de lo más variopintas, como la ocasión en que me contactaron desde la Universidad de Toronto en Canadá, para solicitarme permiso para usar algunas de las imágenes de nuestra patrona, Santa Quiteria la vieja, para incluirla en el libro “El arte medieval en Europa”, Este libro se publicó el año 2009.
O cuando me contactaron desde Argentina y Méjico pidiéndome información acerca de sus antepasados ya que les constaba eran de Higueruela, a los argentinos les contestó Cándido Marín, fiel colaborador, que de vez en cuando me ayuda. Para Méjico le consultamos a Marcial Sáez, que tiene una memoria prodigiosa.
Con la colaboración de ustedes, son más de 2000 las fotografías que tengo archivadas y de un montón de ellas su autor es “Guerrilla”, José Alcocel García, creo que es el momento para agradecerle que haya reflejado en sus fotos la vida de nuestro pueblo durante más de 50 años.
Y si hablamos de agradecimientos estas cuatro personas Blas Cano, Paco Marín, Manuel Sáez y Marcial Sáez, me han sacado de dudas en muchas ocasiones.
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Recordar deportes es hablar de fútbol. En el campo del Molino de viento se formó un equipo legendario capitaneado por Aparicio Zornoza, que jugaba de defensa. El día de Santiago de 1953, tal era el ardor que se ponía en el juego, que tuvieron dos bajas, Juanito Fresneda se rompió la clavícula y mi hermano Martín un brazo.
En 1960 el ayuntamiento concedió un nuevo terreno al lado de la cooperativa y el gobernador Civil vino a inaugurar ese campo un año después.
Hubo alineaciones que aun se recuerdan, por lo bien que lo hacían, Lucas el de Fulgencio, el Maleno, el Chocero, Martinejas, Jeromo, Marcos, Paco Aparicio, Paquito el estanquero; como refuerzo Fulgencio de Elda. Mis hermanos, Ismael, que se escapaba con el balón y hacia diabluras, y, Esteban que yo creo que bajaba al fútbol porque se dio cuenta que tenía más fácil el terreno para ligar, que era lo suyo. Encarna, no te enfades por este comentario.
Ahora tenemos un campo de fútbol precioso, con hierba artificial y gradas, un polideportivo cubierto, campo de frontón, pista polideportiva, piscinas, y lo más importante
¡¡¡ GENTE QUE HACE DEPORTE!!!
Un equipo de bádminton que ha ganado varias competiciones, cinco equipos de baloncesto, un equipo de fútbol en categoría autonómica, otro de veteranos, varios de fútbol sala, gente que practica el ciclismo tanto de carretera como de montaña, moteros, senderistas y todo este mundillo lo anima un forofo de los deportes como es Luis Castelo, que incluso nos trajo la copa del Mundo de Fútbol que durmió una noche en este Ayuntamiento.
Y esto me da pie para hablar del Higueruela de hoy. Algunas veces pienso que Higueruela no se mueve, pero no es cierto, vive intensamente el día a día, ¿Cómo? pues, con:
Una banda de música con más de 70 componentes entre la principal y la banda juvenil dirigidos desde hace 18 años por Pedro María Collado. Y esa semilla se ha reflejado en jóvenes que quieren ser profesionales de la Música, como:
Pedro Antonio “Carica” de una familia donde todos son músicos y el único que no lo es, ¡se nos ha vuelto actor!.
La charanga que ahora se llama El Equipo A, alegre y bulliciosa alma de estas fiestas.
Paco , hijo de Cantuda, que en la feria de septiembre desfila con la Banda de Albacete.
Y una cantautora, Elisa Abellán , que intenta triunfar en este mundo de la música con el nombre de Nevenka.
Una Universidad popular llena de proyectos y cursos.
Una biblioteca y su club de lectores.
Las Amas de Casa.
El club de jubilados.
El centro joven con actos todo el año.
La ludoteca para entretenimiento de los más pequeños.
La Ruta de los Morabios, organizada por Juan Fresneda .
La Asociación Cultural sendas del Mojinete.
Las rutas del colesterol por los caminos del pueblo.
Las tertulias que se montan en los bancos del Maleno y el jardín, para pasar la tarde.
Un albergue que da cobijo a los peregrinos del Camino de Santiago.
Un hotel, donde mi cuñada Anita ha recuperado su antiguo oficio de posadera.
Los bares que dan vidilla al pueblo todo el año.
Los restaurantes: Ideas, La Posada, Los Ángeles y Zacarías.
Antonio José González. Un cocinero que cualquier día le dan una estrella Michelín.
Siguiendo la estela de José Colmenero, paisanos que tienen la afición de indagar en los archivos y buscar datos sobre Higueruela, como Francisco López , hijo de Paco Villalta, y un servidor.
Miguel Fernández, con sus reportajes de video y fotografías.
Antonio López Sáez, ganador de la portada de este año, con varios reportajes preciosos, uno de ellos de las avutardas.
Pandillas de amigos. Como la mía, que si nos juntamos todos somos 23. No puedo nombraros, pero sí, quereros.
POR LO TANTO, HIGUERUELA SI QUE SE MUEVE.
¡Como seremos de malos en el pueblo que Fernando el guardia, vino con su familia a Higueruela el año 1971 en el mes de agosto y lleva 45 años entre nosotros!
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Como prometí al comienzo, quiero acabar este pregón hablando de la Comisión de Fiestas. Este año son los nacidos el año 1969, 44 entre quintos y quintas, y acompañados de sus parejas. Ha sido un gran honor que nunca podré pagarles, el pensar en mi para dar el pregón de las fiestas. Durante estos cuatro días serán los encargados de celebrar todos los actos programados.
Pero no podemos olvidar que ya llevan un año entero trabajando y moviendo el mundillo cultural
y festivo del pueblo. Las verbenas en el jardín el mes de agosto, que nos hicieron bailar a pleno sol, o El teatro, que con el trabajo que lleva, les salió "bordao" a todos, y, para no fallar contrataron a Padilla, a Carica y a Chipe.
Solo falta que los próximos años nos echen un capote y organicen la Semana Santa.
Y ahora si, deseando que paséis unas felices fiestas, con un viva a Higueruela y otro a Santa Quiteria,se despide de todos ustedes “El hijo pequeño de Benito el de la tienda”