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PREGÓN DE
FRANCISCO GARCIA BUENO,
PARA LAS FIESTAS DE SANTA QUITERIA 2011
Muchas gracias, Martín, por tu presentación de este pregonero.
Buenas tardes y mi saludo para todos y todas por haber tenido la gentileza de venir a escucharme.
Antes que nada quiero pedir disculpas por mi atrevimiento de estar aquí esta tarde hablando para vosotros. Yo siempre digo que la palabra hay que concedérsela a quien sabe hacer uso de ella, lo cual para mí supone un compromiso después de tantos pregoneros anteriores y tan buenos oradores porque demostraron ser personas de palabra fácil.
En primer lugar aprovecho esta ocasión para agradecer una vez más a la Comisión de Fiestas 2011 la deferencia que han tenido conmigo al nombrarme pregonero este año. Un día llegó su Presidente Juan Carlos, contento a comunicarme esta decisión que habían tomado. Yo no lo esperaba y por tanto me produjo sorpresa; brevemente lo medité (por la responsabilidad que suponía para mí) y lo acepté complacido, porque no considero oportuno renunciar a ello teniendo la ocasión de colaborar de alguna manera con este grupo de personas que durante un año se han sacrificado para ofrecernos tal cantidad de festejos y actividades para nuestro disfrute durante estos días, y que después recordarán con agrado todas las molestias e inconvenientes que puedan haber tenido ya que para ellos serán las mejores fiestas, serán SUS FIESTAS. No dudo que el resultado de su trabajo y dedicación será de nuestra total satisfacción, se lo merecen.
Igualmente mi felicitación a este otro grupo de personas que representan a la juventud de Higueruela y que de una forma más relevante hacen gala de su belleza; me refiero a las Damas que igualmente podríamos llamar Reinas, porque son merecedoras de ello, y a sus compañeros, y a esas criaturas que forman la Comisión Infantil y que con tanta ilusión participan. Todos acapararán nuestras miradas y ellos serán referente de todos los vecinos de Higueruela.
Por orden numérico de personas que han intervenido como lo hago yo ahora, soy el pregonero nº 24. Para todos mi saludo y para algunos de ellos mi mejor recuerdo, de todos me considero aprendiz. Como miembro de la saga de pregoneros en mi familia ocupo el nº 4; el primero fue Antonio Tolsada en el año 1.993 (seguro que me estará escuchando), después en el año 2.000 intervino Isidora y luego en 2008 lo hizo su hermano Paco (Piqueras), todos ellos primos míos y ahora un servidor.
Es costumbre de los pregoneros hacer referencia a su vida particular y aunque la mía no sea tan interesante para hacer alarde de ella, aun así esbozaré algunos recuerdos. Ya me di a conocer brevemente en el saluda del programa de fiestas, y aunque la mayoría ya me conocéis, os diré que nací en Higueruela (bendita tierra) en “tiempos revueltos” pues era el año 1.938 (mi padre me conoció cuando yo tenía 8 meses, no pudo hacerlo antes).
Mi infancia transcurrió en Higueruela y sería más o menos igual que la de otros chiquillos de mi edad. Fui a la escuela con el ya conocido y nombrado en tantas ocasiones D. Juan Manuel, de quien guardo un grato recuerdo y después empecé estudios, aunque esa etapa duró poco tiempo ya que por razones familiares no acabé.
Como cualquier chaval tuve amigos (de colegio, de travesuras y luego de mayores hasta hoy). Formábamos un grupo numeroso aunque la edad entonces nos diferenciara y creo que recuerdo a todos, los de antes y los de ahora: Antonio Belmar, Antonio Truco, Paco carpinteras, Alfonso carpintero, Teófilo, Cosme, Raúl, Eugenio, Domingo, Titi, Agustín, Paco Tolsada, Paco Piqueras, Pepe Tortosa, Tomás, Blas Maleno, Pascual, Diego, Paquito, Víctor, Blas Cano, Jacobo, Esteban, Pepe Colmenero ... y sus esposas, bueno, bueno, no me gustaría haber olvidado a alguien, ya que es un riesgo citar nombres; algunos por diversos motivos se ausentaron del pueblo, aun así mantengo con ellos la buena amistad de aquellos tiempos y ahora la comparto más activamente con quienes viven aquí y sus familias.
Siempre sentía envidia de quienes tenían hermanos y aun ahora también, yo no los tuve, y este vacío lo ocupaban entonces mis familiares más cercanos, tíos, primos y amigos. También tuve amigas y entre ellas y con mi respeto a las demás destaco a María, que hoy es mi mujer y con quien comparto el día a día desde hace 45 años y será hasta que Dios quiera; de ella he recibido el mejor regalo de mi vida: mis tres hijas, que para orgullo mío se consideran tan de Higueruela como yo, aunque por razones de trabajo no residan permanentemente en el pueblo, pero sí que aprovechan cuantas ocasiones tienen para venir a disfrutar de él y de nuestra intimidad del hogar. Luego trajeron a casa a quienes hoy son sus maridos y después a mis nietos que son nuestra alegría; para todos tengo mi mayor agradecimiento porque han sabido comprenderme y darme su apoyo.
En el año 1968 se estableció la Caja de Ahorros de Albacete en Higueruela y como dije me hice cargo de la Dirección de la oficina, que he mantenido durante 33 años hasta mi jubilación. Esta fue mi principal actividad profesional ya que ocupó más de la mitad de mi vida, de ahí que se me haya conocido como Paco el de la Caja, aunque en realidad éramos dos Pacos. Tengo muchos y muy buenos recuerdos y anécdotas de esta etapa pero quiero destacar principalmente mi agradecimiento (que no tiene fin) y mi amistad a una persona, con la que he convivido durante ese tiempo y que ha sabido aguantarme, ese es Paco Tomás o Paco Balterra, el otro Paco que decía antes. Para él y su familia un fuerte y sincero abrazo.
A través de mi trabajo tuve amigos mayores, algunos me doblaban la edad, de ellos aprendí mucho de su saber y de sus lecciones de humildad y recuerdo con qué confianza me contaban sus intimidades. Luego también tuve otros a los cuales yo les doblaba la edad, de éstos aprendí a no quedarme atrás.
Ahora como todos los años llega mayo, y recibimos nuestras fiestas mayores y a cuantos nos visitan, ya sean familiares, amigos o personas de paso y por unos días hemos de dejar nuestras obligaciones cotidianas y dedicárselos a nuestra Patrona Santa Quiteria, disfrutando y participando de todos los festejos con la ilusión y respeto que nos caracterizan, con el recuerdo asimismo de quienes por motivos de trabajo, distancia, enfermedad u otra causa no nos puedan acompañar.
Esta mañana el sonar de las campanas anunciando el comienzo de las fiestas, nuevamente nos invade la emoción, y mirando hacia la iglesia hasta parece que sonaban mejor, y es que este año nuestra iglesia también luce sus mejores galas, está más bonita, pues ha mejorado su aspecto exterior y seguro que Santa Quiteria también está complacida de ello.
Se oye música por las calles, los cohetes y bullicio de su gente y con todo ello estamos manifestando nuestra alegría de cada año.
La ofrenda de flores es el primer acto religioso en el que participamos masivamente y que realizamos en su honor con la ilusión de ofrecerle lo más bonito que se puede ofrecer a una mujer: una rosa (en este caso muchas), y que aunque se marchiten, el cariño que representan permanece vivo, y si nuestra Santa está siempre presente en nosotros, por unos días será centro de atención y visitas ya sea para pedir su protección o como agradecimiento de favores obtenidos.
Ahora este pregón, esta noche hoguera y castillo de fuegos artificiales, y en los días siguientes otras actividades y entretenimientos muy variados, todos muy importantes que serán del agrado de todos, ya que han sido preparados con tanto esmero, pero hay dos de especial relevancia dedicados a nuestra Patrona, que yo me atrevo a destacar:
La procesión del día 22 (mañana), día principal dedicado a Santa Quiteria en su versión de imagen joven a la que paseamos en su recorrido largo y que parece que va de visita por casi todos los barrios para que pueda ser admirada por quienes no están en condiciones de acompañarla.
El otro acto religioso también dedicado a ella es la procesión del día 23 con la imagen antigua (la “vieja” como la llamamos de una forma coloquial). Los comentarios que se pueden hacer sobre ello quedan demostrados con la participación de tantas personas que incluso hacen el esfuerzo de desplazarse desde sus lugares de residencia más o menos lejanos por estar y acompañarla aunque sea por poco tiempo, según sus obligaciones se lo permitan. lo cual demuestra la veneración y cariño que se le profesa.
A mí me sobrecoge este acto porque es inevitable que lo recuerde (permitidme que lo diga) porque una tarde de un 23 de mayo de hace casi 40 años, al acabar la procesión, mi mujer y yo nos fuimos de viaje, vaya viaje, a Albacete porque esa misma tarde yo ingresé en el hospital para ser intervenido quirúrgicamente a la mañana siguiente, y así fue; no me sentí solo en ese momento porque creo que en aquel equipo de personas que me atendió también había una mujer intercediendo por el buen resultado (que afortunadamente así fue) y ella pudo ser Santa Quiteria, ¿por qué no?, muchas veces lo pienso y más cuando llega ese día.
Higueruela es un pueblo vivo y activo, y cuando hablo de mi pueblo, de nuestro pueblo, recuerdo a un poeta local que recitaba sus virtudes manifestando con sentimiento “de ser de sus valores pregonero” (gran verdad ésta) porque su gente, esa buena gente noble y humilde que vive aquí es capaz de mejorar cada día sus condiciones gracias al empeño e ilusión que siempre ha quedado patente, además de ser acogedora para que nuestros visitantes no se consideren forasteros, y el futuro de Higueruela, que es prometedor, será lo que los jóvenes de hoy quieran que sea, en la convicción de que seguirá mejorando con su trabajo y tesón porque tienen un patrimonio de valores capaz para ello, para conseguir sus objetivos, para que la vida les resulte más fácil, como ellos se merecen, como lo están haciendo también para los mayores al dotarnos de medios que contribuyen a que tengamos la comodidad y bienestar que aquellas otras personas antes no pudieron disfrutar. Yo ahora les deseo que no pierdan ni renuncien a sus raíces donde quiera que vivan y presuman con orgullo de ser higueruelanos.
Antes de terminar quiero expresar mi recuerdo a una persona que fue un polifacético, conocedor de casi todas las artes. Empezó con sus chirigotas en las murgas, fue artista, fue artesano de miniaturas y fue poeta como lo ha demostrado su colaboración tantas veces en el programa de fiestas y más que todo eso fue un buen amigo. Me refiero a Lucas Collado Lencina; te recordamos.
No quiero incurrir en la pesadez y termino con mi mejor deseo de que paséis muy buenas fiestas, y a todos vosotros y a los ausentes, y a mi familia dedico este pregón.
Felices fiestas, viva Higueruela y viva Santa Quiteria.
Muchas gracias.
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