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PREGÓN de Distinio Ballesteros Cuartero,
PARA LAS FIESTAS DE SANTA QUITERIA 2003.

Buenas tardes. Gracias señor Alcalde por su amable presentación; y mi gratitud a todos vosotros queridos amigos por vuestra presencia en este auditorio, al cual espero no defraudar:

Quienes me habéis encargado este pregón, casi me hacéis enfermar, por la responsabilidad y preocupación que ello suponía, aunque no deja de ser motivo de halago y satisfacción personal, que hayáis pensado en mí, para esta tarea, por lo que os doy las gracias.

Igual que otros pregonaros, debo intentar creer en la palabra como vehículo de los sentimientos. Debo interpretar lo que siente un hijo de Higueruela, ante su Patrona y ante el hecho social y popular de sus Fiestas Mayores.

Pero comprender mi perplejidad: soy foráneo, soy de otra geografía manchega, pertenezco a otra nacencia. Igual que otros pregoneros he visto los primeros años de mi vida en otro horizonte.

Sin embargo he amasado mi vida con vosotros, vine a vuestro pueblo con el maletín de mis enseres médicos y el corazón sin inquilino. Al cabo de estos años, soy uno con vosotros y mi compañera de vida -Maribel- es de entre vosotros.

Y por aquello de que uno siempre acaba siendo de la tierra de su mujer, yo puedo lucir cédula de higueruelano, presumir de unas virtudes y valores que me habéis contagiado. ¡qué sano contagio! Y sentirme esta tarde tejido en este gran cuerpo humano que es nuestro pueblo de Higueruela.

Uno no elige el lugar donde nacer, pero puede elegir donde querer, donde trabajar. Yo al descubrir este pueblo, al tener aquí a mis dos hijas María-Jose e Isabel, se donde quiero vivir: EN HIGUERUELA.

Qué densos se hacen los recuerdos y que cercanos en la distancia. La soledad a que me obligó a ratos este pregón, espoleó mi nostalgia. He recordado mucho a mis padres y sobre todo a mi madre, ya que sin su ayuda y su empeño en que estudiara, seguramente no sería hoy lo que profesionalmente soy.

Permitid que al evocar a mi madre, admire públicamente también a Josefa, mi segunda madre, más que suegra, mujer laboriosa, rica en bondad, hoy entregada a sus labores de punto de cruz, suavizando su propia cruz, con sonrisa inalterada.

Perdonad esta intimidad del pregonero a la que me ha llevado el sentimiento y la gratitud.

Ahora me dirijo a vosotros, utilizando el recurso del mundo del vino y el espléndido momento que a nivel nacional gozan los caldos de nuestra Cooperativa Santa Quiteria, avalados por la obtención de distinciones y medallas, allá donde concursan, realizando un símil de nuestros vinos de tintorera con Higueruela.

Y como un buen catador haría, recorreremos las tres fases preceptivas: VISUAL - OLFATIVA - y GUSTATIVA.

Primera. fase VISUAL:

  • A Higueruela llegué con el miedo del novato, me habéis ganado el afecto, habéis acabado con mis recelos, os veo buenos, amables, solidarios, tolerantes en exceso, humildes. Cada día en mi consulta experimento el regalo de vuestra sonrisa, como una propina en el trabajo realizado. ¡Gracias, amigos!
  • También he podido observar, como ha crecido y mejorado el pueblo en esta dos décadas, no sólo en nuevas edificaciones, sino también en alumbrado, pavimentaciones y acerados, etc. así como la remodelación y acondicionamiento de la mayoría de las casas, hecho que puedo constatar, ya que por mi trabajo he visitado todas las casas del pueblo.
  • Y al hacer alusión al alumbrado recuerdo una anécdota que os voy a contar: Antes de venir a Higueruela trabajé unos meses en Alpera; una noche de invierno vine con unos amigos a cenar a casa de Isidora, a la que ni siquiera conocía y cuando entramos al pueblo, con tan poca luz y ni un alma por las calles, comenté: Si me pierdo que no me busquen por aquí ¡paradoja de la vida!
  • Y aquí estoy encantado, desde pocos meses después de aquella noche de invierno en la que a las pocas horas había cambiado mi impresión, tras una buena cena y una agradable velada, en casa de la que hoy es mi querida compañera de trabajo.
  • También se puede observar en esta fase como puede más Santa Quiteria que el mal, no hay nadie que en estos días quiera ir al hospital y todo se pospone en honor de la Santa, hasta incluso el sanar.
  • Y para concluir en esta fase lo más hermoso de observar, como todos los años, en este balcón y en este día es la belleza de la mujer higueruelana representada en estas damas.
  • Segunda. Fase OLFATIVA:
    • Qué bien se vive la fase olfativa en Higueruela, sobre todo en esta época del año, las casas huelen a pintura y limpieza, en los alrededores del horno ese inconfundible olor de anis y pastas, en el campo, esos olores primarios de tomillo, romero, salvia, morquera, olores que disfruto en mis paseos diarios predicando con el ejemplo las bondades del ejercicio físico para la salud.
  • Tercera. Fase GUSTATIVA:
    • Si hubo fase visual y olfativa debe haberla también gustativa, en ella, en Higueruela podemos encontrar grandes y misteriosos placeres, que yo he descubierto a través del tiempo. Así al poco de llegar en Octubre de 1983, estando en plena época de setas, acudía con frecuencia a tomar cerveza, casa del Maleno, observando con recelo como se comían dichos hongos, resistiéndome a probarlos al tener inmente los cuadros de intoxicación por amanita de la Facultad, pero como el tiempo es el mejor consejero, al observar su inocuidad decidí probarlos, conclusión: Qué genialidad culinaria y qué gran cocinera acredita esa cocina.
    • Es de justicia reconocer el tino de nuestras mujeres con la perdiz escabechada, los gazpachos, las flores de Semana Santa. Y qué puedo decir de los "mantecaos" de almendra, "bocao" exquisito donde los haya, que desde hace generaciones y año tras año por Navidad se vienen haciendo con mimo y esmero en el horno de leña de la Hoya Mañas, bajo la atenta dirección de Josefa y Resti, convirtiéndose ese día para mí en uno de los días más esperados del año.
    • Os lo aseguro: He aprendido Higueruela como quien aprende y aprueba una asignatura.

Dijo un manchego, que también los manchegos lucimos tierra, que somos a ratos mas "presumíos" que una novia con el ramo.

Yo, junto a vosotros, quiero presumir de valores de esta tierra, de este entorno. Yo en este ancho hogar familiar de Higueruela solo aspiro a tener una banqueta en vuestro fuego o una silla en vuestro hogar. No puedo aspirar a que me consideréis parte de vuestro afecto, pero os lo aseguro: vosotros sois parte de mi querer.

Cada uno es para lo que nace, no he nacido para parlamentario. No me siento buen tejedor de frases y de palabras. Tampoco me veo cómodo en este monólogo de un pregón. A diario, os quiero servir desde lo profesional. Para eso me siento nacido.

Y para concluir en estas horas de convivencia y para el futuro, deseo: Salud y prosperidad, que los higueruelanos mantengamos la buena vecindad y la capacidad de sentir unos con otros, tan emblemática de este pueblo.

Queridos amigos, paisanos, como de vinos hablé, con vino quiero acabar, escancien nuestras damas ahora, este vino de la tierra, con el que quiero brindar en nombre de todos y de nuestra Autoridad.

FELICES FIESTAS.
VIVA HIGUERUELA.
VIVA SANTA QUITERIA.


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