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Paco Marín. In memoriam.
Un hombre sencillo.

Día 21 de Agosto 2010.

paco marin

Paco Marín nace en este pueblo, en el seno de una familia humilde y en tiempos muy difíciles para que su padre Cándido (sastre) y su madre Quiteria, sacaran adelante a una familia de seis hijos.

Se instruye en la escuela nacional, al igual que sus hermanos, llegando a adquirir una formación lo suficientemente amplia para tener los conocimientos que más tarde rentabilizaría en el desempeño de los diferentes trabajos que desarrolló a lo largo de su dilatada y apacible existencia.

Se forma y desarrolla, junto a su padre Cándido y su hermano Porfirio como sastre, su principal oficio. Su otro hermano, Ángel, también se inicia en esta profesión, pero éste tenía otros horizontes como meta y, como contaba el propio Paco, no le podían hacer que estuviera quieto “el jodío”.

Paco era un hombre bueno, hasta tal punto que cuando estalla el terrible conflicto fraternal de la Guerra Civil en España, consigue finalizar ésta “sin haber matado a nadie” porque no disparó un solo tiro. Su oficio belicista:   Soldado del cuerpo sanitario, recogiendo, confortando y salvando vidas en el frente.

Finaliza el conflicto bélico y, gracias a Dios y al destino, regresan los cuatro hermanos: Paco, Ángel, Porfirio y Honorio, sin haber sido víctimas (en lo físico) de los diferentes frentes que les tocó sufrir.

Conoce a Ana María y se casan, pero como en España se retorna a tiempos de nuevo muy duros, comparten hogar y profesión con Porfirio e Isabel y, en unos años, también en la crianza de los hijos fruto de los dos matrimonios: Ángel, Mari, Cándido y Quite y Amable. Reciben, por tanto y comparten educación, valores cristianos y humanos.

Mientras tanto, Honorio, Cristina y Pepe, deciden emigrar; los varones a tierras levantinas (Valencia) y Cristina al París de la Francia. Esto determina que desarrollen actividades diferentes y vivan alejados en la distancia de los otros hermanos, pero nunca en el pensamiento ni en su corazón.

Ángel también se casa, con Fina y, por motivos ideológicos y de pensamiento, desempeña la tarea de servir al estado en el Cuerpo de Guardias de Tráfico, siendo uno de los pioneros de los servidores y vigilantes de nuestras carreteras.

Por fin Paco y Ana , junto con sus hijos Cándido y Amable, y como consecuencia de un ímprobo esfuerzo, consiguen su ansiada casa y viven feliz y apaciblemente su experiencia como pareja y padres, dando todo lo poco que tienen y ofreciendo su hogar a familiares, amigos y conocidos; todo ello, sin límites, llegando a compartir todos estos largos años de su vida y cariño con todas las personas que los queríamos.

A Paco lo conocía todo el mundo. Si alguien visitaba y caía por Higueruela, era poco probable que no le conociera, ya que su espíritu inquieto y afable hacía que ya a primera hora, a la llegada del “autocar” que venía desde Albacete, Paco diera la bienvenida a cualquiera que se dignara poner pie en esta población. Como anécdota puedo decir que su sobrina política, Estrella, le puso el apodo cariñoso de el Tío Paco “el periodista”.

Además, Paco era el cobrador de “La Iguala”. Esa parte dineraria y alícuota que permitía y favorecía que el médico de aquella época pudiera mantener a su familiar y vivir en la España Rural de la posguerra. También era el cobrador del “seguro de los muertos”, que permitía a su vez dar un enterramiento y digno final a los paisanos de la localidad. Ejerció también y durante muchos años de camarero (y no lo había igual) en el casino del pueblo, y él solo se bastaba para atender a todo aquel que demandara su servicio.

En los años 60 marcharon Porfirio e Isabel junto con sus cuatro hijos (yo soy el pequeño de ellos y me llamo Juan), también a Valencia, quedando Paco en Higueruela solo, hasta que retornaron Ángel y Porfirio, ya en los últimos años de sus vidas.

Solo me queda para terminar, decir que Paco tuvo una vida feliz. Fue católico practicante y cristiano humilde y sencillo; y dio todo lo que podía:
    1.Amor a Ana María y a sus hijos Cándido y Amable y, después, a su nuera Isabel.
    2.Fraternidad, consuelo y apoyo a todas las personas que apreció.
    3.Hospitalidad a todo aquel que lo visitó.

Nunca le oí a lo largo de todos los años que compartí con él una palabra malsonante ni un mal gesto.Era todo bondad y humanidad y, sobre todo,
UN HOMBRE SENCILLO Y BUENO.

Higueruela, 21 de agosto de 2010.
Juan Marín

Este homenaje a Paco Marín fue leído en su funeral por su autor (Juan Marín), Lo publicamos en esta página sin el permiso expreso de su autor, pero, si no estuvieran de acuerdo con su publicación, lo podemos retirar (aminguez)

   
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