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POBLADOS ISLAMICO EN HIGUERUELA
SEGUNDA PARTE:
LOS VILLARES DE HOYA HONDA
EL POBLADO ISLÁMICO EN ALBACETE.
LAS ALQUERIAS ANDALUSÍES DEL VILLAR DE HOYA HONDA Y LA GRAJA (HIGUERUELA, ALBACETE.)
José Luis Simón García Universidad de Alicante.
Fig. 4A. Emplazamiento de los yacimientos en la cartografía 1:200.000 del IGN
3. LOS VILLARES DE HOYA HONDA.
El yacimiento se sitúa en el sector meridional del término de Higueruela (fig. 4a), en las tierras llanas salpicadas de suaves lomas que se extienden entre las elevaciones de Mompichel y la Laguna de El Sobralejo por el sur y las elevaciones de Molatón y la Sierra de Higueruela por el norte (fig.5b), que separan la cuenta hidrográfica del Júcar, al oeste, de la del Segura, al este, y que delimitan por el norte a la laguna de El Sobralejo, que como su nombre indica se trata de aguas con un alto contenido en sal o salmuera. Sobre una de esas elevaciones, que forma parte de las Lomas de Cueva Negra, a 976 m de altitud, se emplaza el yacimiento de El Villar de Hoya Honda, nombre que toma del arranque de la rambla más próxima.
B. Emplazamiento en el plano 1:50.000 del IGN de 2004
El clima de la zona es extremadamente continental, por lo que es habitual una mayor precipitación hídrica en la zona, tanto en forma de lluvia como de nieve en los meses de invierno, lo que favorece a los cultivos que lo soportan, como los cereales y leguminosas y va en detrimento del cultivo de arbolado, ya sea el almendro, el olivar o cualquier tipo de frutal. Esta situación ha sido muy favorable para el pasto, en especial de verano, lo que junto al desarrollo del coscojar y el bosque de encina ha permitido la existencia de una fauna propia de este tipo de bosque y una amplia cabaña ganadera, tanto de ovejas y cabras, como de vacuno y animales de tiro, como mulas, burros, caballos y bueyes.
Por la cumbre de la loma discurre un camino que en la cartografía del IGN de 1895 aparece con la denominación de "Senda de Pétrola" (fig.5a), permitiendo unir HIgueruela y el Camino de las Casas de Marín de Abajo, en dirección a Alpera, con el camino de Pétrola al Villar de Chinchilla, rodeando la Laguna y recorriendo de este modo la menor distancia posible entre los dos extremos. En cartografía del IGN posteriores aparece dicho camino carretero como "Camino de Corral-Rubio" (fig.5b).
En la actualidad la zona se caracteriza por una alternancia de bancales de cultivo de cereales, viñedos y zonas yermas con vegetación esteparia, con restos del bosque mediterráneo de encinar y coscojar (fig.6A). Comparando la información del plano 1:50,000 del IGN de 1895, con la situación actual, se aprecia una expansión de la superficie dedicada al cultivo del cereal en detrimento del encinar. Esta situación es debida a la implantación de la maquinaria agrícola, frente al que fue tradicional cultivo de tiro de mulas y bueyes. Solo en puntuales ocasiones se aprecia una expansión de los espacios yermos por el abandono de las laderas de las lomas, donde aflora la base rocosa, debido a su escasa productividad. En la fotografía aérea del vuelo americano de 1957 se observan algunos cambios sustanciales, especialmente en la parcelación del terreno (fig.5C), mucho más regular en la actualidad (7) y con zonas cultivadas recientemente que han podido afectar al yacimiento, sobre todo por su lado sur. Sin embargo, el aspecto general del mismo no ha cambiado sustancialmente desde el vuelo de 1957, cuando pese a un cierto desarrollo de la mecanización de las tareas de arado, los tractores empleados no tenían la potencia suficiente como para afrontar el desmonte de amplias zonas con un elevado número de muros construidos, como era el caso del Villar de Hoya Honda. Eso no significa que el yacimiento, al menos en sus márgenes, no se haya visto afectado a los largo de los años, tal y como a continuación analizaremos (fig.5.D).
C. Ortofografía del Vuelo Americano de 1957.
D. Ortofotografía del Vuelo PNOA 2012-06.
Los ganados de oveja y cabra han empleado estas tierras de forma secular como pastos, penetrando en el bosque de encinas, aprovechando los barbechos de cereal y el viñedo tras la recolección o las zonas de espartizal. La Vereda Real de Los Serranos discurre a 3,7 km al este del yacimiento, junto a la cual se emplaza una fuente abrevadero que hoy en día sigue en funcionamiento (fig.6D), circunstancia que puede estar relacionada, junto con la cabaña ganadera local, con el elevado número de corrales existentes en la zona, plasmados cartográficamente desde 1887, y que en la mayoría de los casos perviven hasta la actualidad, si bien la mayoría están en estado ruinoso.
D. Nacimiento de agua del Vallejo de las Arenas
3.1 DESCRIPCIÓN
El yacimiento posee en la actualidad una extensión de 1,289 Ha con 175 m de largo por 74 m de ancho, estando el eje mayor del yacimiento dispuesto de noreste a suroeste, eje que coincide con el de la mayoría de las construcciones y que hay que poner en relación con la búsqueda de protección frente a los vientos dominantes de la zona, del noroeste, lo que lleva a emplazar todos los vanos hacia el sureste.
Hay que tener presente que la descripción de las estructuras, tanto a nivel individual como en conjunto, se efectúa sobre los restos visibles en la actualidad, sin que hasta la fecha se haya realizado ningún tipo de intervención arqueológica, lo cual puede llevar a errores puntuales en su descripción e interpretación. Sin embargo, el magnífico estado de conservación del sitio y las estructuras que lo componen, permiten efectuar un primer acercamiento con una elevada probabilidad de aproximarte a la realidad que en su día configuró el yacimiento, circunstancia que deberá ser resuelta con las actuaciones arqueológicas futuras.
Las estructuras visibles se caracterizan por estar constituidas por dos elementos, la base de muros, de fácil apreciación tanto en sus esquinas o puntos de arranque y desarrollo longitudinal, y por su desplome que puede estar tan solo a un lado o a ambos de la base. Cuando se produce esta circunstancia los vanos de las estancias son los elementos que quedan ocultos, salvo las jambas que se realizaron con bloques paralepípedos de piedra. Pese a la posibilidad de poder suponer el lugar de muchos de los vanos, se ha preferido levantar la topografía con los datos que es posible observar en el terreno en la actualidad, dejando para futuras excavaciones el emplazamiento cierto de los mismos.
En muchas ocasiones se puede apreciar que los muros están apoyados directamente sobre la roca, y que se constituyen a partir de bloques de mampostería caliza sin apenas desbastar, salvo en las esquinas y las jambas, donde se emplean bloques más o menos regulares. Esto no quiere decir que los muros no estén perfectamente careados en ambos lados y relleno interior mediante piedras menores encajadas entre los bloques de las caras o ripio y cascajo cuando el muro es de una considerable anchura. Existen parámetros métricos en todas las construcciones, de modo que los muros exteriores poseen un ancho entre 60 y 70 cm de espesor, mientras que los que separan las estancias están entre 4o y 55 cm. En jalgunas ocasiones los muros de corrales amplios a zonas de tránsito se configuran a partir de grandes bloques de piedra, alineados y dispuestos de forma vertical con un relleno de ripio en su interior, que puede llegar a tener un espesor entre 1 y 1,20 m, dando la sensación de que su alzada no superaba 1 o 1,30 m, ya que no se aprecian derrumbes en ninguna de sus caras. Posiblemente estos muros tuvieran un alzado mayor realizado con materiales vegetales, especialmente espino, que impedía salir al ganado, especialmente a las cabras que trepan por los muros, o entrar a las alimañas, como lobos, perros asilvestrados o zorros (Simón y Hernández Carrión, 2013:78).
La técnica de construcción de las estructuras es muy similar en todos los casos, mampostería careada, de mayor tamaño en la base que en la parte alta, sujeta con un mortero de tierra con escasa presencia de cal, ceniza u otro aglutinante, que con el derrumbe del muro termina por desaparecer al estar expuesto a los agentes climáticos. No es posible por el momento determinar si al menos en la cara interior de las estancias los muros tuvieron algún tipo de revoco, tal y como aparece en los corrales construidos y empleados hasta hace solo unas décadas.
B. Cobertizo interior del Corral de Pocico.
C. Vista del Corral del Pocico desde el sur.
Por el volumen del desplome de los muros, y los paralelos de los corrales circundantes, en especial el "Corral del Pocico" (fig. 6 B y C) o los otros muy próximos como el de Baltasar, Martín, Simón, Bernabé, etc, los muros traseros de las estancias tendrían un alzado entre 1,80 y 1,90 m, mientras que en los interiores, o los delanteros, su alzado no llegaría a 1,50 - 1,70 m, donde se abrirían los vanos a las estancias, con jambas, en ocasiones monolíticas y un dintel mediante un rollizo de madera. No se ha constatado hasta la fecha la presencia de tejas, por lo que las cubiertas se configurarían mediante un entramado de vigas de madera apoyadas en los muros de forma transversal al eje mayor de la estancia, que soportaría un entramado vegetal de retama, esparto, ramas de sabina o cañizo, que podría disponer de una capa de tierra apisonada para su impermeabilización, solución que aparece en la comarca para los refugios temporales de agricultores y pastores. La capa de tierra podría ser sustituida por un aplacado de piedra, total o parcial, en especial allí donde la costra caliza aflora de modo tabular. Por el momento la primera solución parece la más plausible.
Es muy probable que muchos de los materiales constructivos que conformaron las alquerías, sirviesen de cantera para la realización de los corrales próximos, pese a lo cual el grado de conservación es excelente en la mayoría de los casos.
La alquería se extendía por completo al lado oriental del camino que por la cresta de la loma discurre de suroeste a noreste, sin que se aprecie elemento constructivo, relleno o acumulación de piedras en el lado occidental, lo que apunta por un lado a la antigüedad del camino, que se remontaría al menos a momentos indeterminados de época islámica, y por otro a que toda la alquería se emplaza en la suave ladera oriental de la loma, independientemente que una parte de ella haya sido dañada o destruida por la ampliación de la superficie cultivada.
Como ya hemos señalado todas las construcciones poseen una orientación noroeste-sureste, con ligeras variaciones, bien sea por motivos cronológicos en su construcción o por cuestiones aleatorias como son los diferentes alarifes que participaron en su realización, la inclinación del terreno, el tránsito de personas y ganados o las limitaciones impuestas a la hora de ampliar la construcción al haber otras ya edificadas con anterioridad. Lo cierto es que en todo momento, tal y como sucede hasta nuestros días, se intenta proteger la vivienda de los constantes y fríos vientos del noroeste y norte, al tiempo que se disponen los vanos a mediodía para aprovechar la luz y el calor solar.
La descripción de las unidades de habitación se realiza de oeste a este, siguiendo un orden que queda plasmado en la cartografía adjunta y tomando como elemento principal el patio en torno al cual se organizan las habitaciones rectangulares (fig.7).
Fig. 7. A. Ortofotografía del Villar de Hoya Honda con la topografía superpuesta.
B. Topografía del yacimiento del Villar de Hoya Honda y numeración de las unidades
constructivas catalogadas
Casa nº 1: Se trata de la estancia más occidental del yacimiento, de planta de tendencia rectangular (22 m por 17 m), con una superficie aproximada de 374 m2, constituida por un gran patio y una estancia rectangular en el ángulo nororiental de 10 m de larga por 4 de ancha. El desnivel del terreno se supone una diferencia de 2 m entre el muro exterior superior e inferior (fig.8,F).
Fig. 8. El Villar de Hoya Honda. A. Vista de la Casa nº 14,
B. Vista de la Casa nº 15,
C. Vista de la
Casa nº 5,
D. Vista de la Casa nº 6,
E. Vista de la casa nº 16,
F. Vista de la Casa nº 1.
Casa nº 2: Se adosa al muro meridional de la estancia anterior, si bien por el desnivel del terreno queda escalonada con un desnivel interior nuevamente de 2 m. Posee igualmente una planta de tendencia rectangular (24 m por 15 m), si bien el muro occidental presenta un retranqueo en planta que pudiera corresponder con una estancia, algo que no se aprecia sobre el terreno. Posee 325 m2 de planta, y dos estancias en ángulo nororiental, uno de apenas 4 por 4 m y otro de 10por 4 m.
Casa nº 3: Se emplaza en la parte alta de la alquería, junto al camino, el cual pese a haber sido ampliado y mejorado no ha afectado a los muros de la edificación. Consta de una casa de planta cuadrada (17,5 m por 17,00 m de lado), de 297 m2, un patio al que se abren dos alas de estancias: la del noroeste configurada por dos habitaciones, una menor de 5 m de larga por 4 m, y otra de 8,5 m de larga y 4 m de ancha. En la parte trasera de la casa, entre ésta y el camino, se genera un patio o corral de tendencia rectangular de 22 m de largo por 10 de ancho, con el muro occidental algo curvo y donde parece estar la entrada al recinto.
Casa nº 4: Se emplaza al sur de la anterior, existiendo entre ambas una zona de paso. Por algún motivo que es imposible precisar se encuentra casi desmantelada, constatando tan solo tramos de muro inconexos entre si, pero que en conjunto configuran una vivienda de planta rectangular; 23 m de largo por 19 de ancho (aproximadamente unos 437 m2), con un patio que da acceso a dos alas de estancias, una al norte con dos espacios definidos, uno menor en el ángulo nororiental y otro mayor en el noroccidental. El ala occidental se configura nuevamente con dos estancias una mayor y otra menor en lo que sería el ángulo suroccidental de la vivienda.
Todo el borde meridional de la alquería se encuentra desmantelado, y todo apunta a la acción de los tractores, que al ampliar la zona de cultivo terminan por afectar a las viviendas de la parte inferior: Es una práctica habitual que los tractores, para el desarrollo de sus tareas en los bancales de cultivo, empleen las tierras baldías colindantes para maniobrar, acumular piedras y obtener tierra para el relleno de desniveles, afectando de este modo a los restos arqueológicos existentes, circunstancia que pudo darse en esta estancia y en las contiguas situadas en la parte baja de la alquería.
Casa nº 5: Forma parte de un conjunto de cuatro casas que comparten alguno de los muros, formando una isla sin espacios de tránsito entre ellas. Posee una forma rectangular (15 m de ancho y 15 m de largo) de 300 m2, y se constituye a partir de un patio, con un ala norte dividida en tres estancias de un tamaño similar y una estancia única en el ángulo suroccidental. El muro meridional es el que sirve de medianera con la siguiente casa (fig.8.C).
Casa nº 6: De planta de tendencia cuadrangular se configura a partir de la casa nº 5 y la casa nº 7. Posee 305 m2 (18 por 18 m de lado) y posee un patio central con dos estancias, una en el ángulo noroccidental y otra en el lado oriental, si bien la erosión y el matorral oculta parte de la configuración de las mismas (fig.8.D).
Casa nº 7: De planta de tendencia rectangular (19 por 18 m de lado) y 342 m2, posee una un patio central, una ala en el lado norte con tres estancias regulares y el arranque de lo que parece una sala en el lado occidental, si bien no se perfila con la claridad del resto.
Casa nº 8: Al igual que hemos señalado para la casa nº4, las tareas agrícolas y la sucesiva ampliación del bancal de cultivo colindante han terminado por afectar a la casa, dejando intacta solo su parte superior; la que se adosa a la casa nº 7. Parece que se trataba de una o dos casas, de planta rectangular; de la cual se conserva parte de la estancia del lado norte y los restos de otra estancia que estaría en el lado sur o daría paso a otra cosa.
Casa nº 9: Se trata de un edificio asilado, de 10 m de largo por 7 m de ancho (70 m2), constituido por una estancia en el lado norte, de planta un tanto trapezoidal, y otra en el lado sur que posiblemente sea un pequeño patio.
Casa nº 10: Se trata de una construcción de planta rectangular de 7 m de largo por 3 m de ancho, aislada en el centro de un espacio sin construcciones, a modo de plaza, configurado por el conjunto de casas occidental (casas nº 1-9) y el oriental (Casas 13-15). Dado que su entorno no parece que haya sido afectado por tareas agrícolas o expolio de materiales de construcción, todo apunta a una internacionalidad en la configuración del espacio vacío y la realización de esta pequeña estancia.
Casa nº 11: Se emplaza en la parte alta de la alquería, junto al camino y se constituye a partir de dos estancias, una rectangular en el lado occidental y otra de forma trapezoidal en el lado oriental. La primera tiene unas dimensiones de 7 m de largo por 3 m de ancho (21 m2) y la anexa 8 por 8 m, si bien su planta como se ha señalado es irregular.
Casa nº 12: Se constituye a partir de una estancia rectangular en el lado norte, de 7 por 5 m de lado y una en el lado sur de planta trapezoidal de 4 m de ancho por 7 m de larga. Todo parece apuntar a que la primera sería una estancia y la segunda un corral, pero la singularidad del conjunto podría indicar a otra funcionalidad.
Casa nº 13: De planta rectangular de 17 m de ancho por 23 de largo (391 m2), se configura mediante un patio que posee en su cara norte un ala con tres estancias de similares características. Los restos de un muro en el ángulo suroriental podrían indicar la existencia de una sala que por motivos diversos no queda claramente configurada sobre el terreno.
Casa nº 14: Adosada a la casa nº 13 se configura a partir de ésta y de la casa nº 15 que se encuentra al sur. La forma una ala en la fachada norte, de 25 m de largo por 4 m de ancho y donde no es posible determinar con claridad si estuvo compartimentada, aunque todo parece apuntar a que así fue, como ocurre con otras estancias. De su extremo oriental arranca lo que parece ser una estancia para configurar el lado oriental de la vivienda, pero no es posible determinar con exactitud sus dimensiones (fig.8. A).
Casa nº 15: Se trata del un edificio de mayor tamaño de la alquería y posee un eje mayor con una orientación un tanto diferente al resto, un tanto girado hacia el oeste. Tiene 32 m de largo por 21 m de ancho (651 m2) y se configura a partir de un patio rectangular, con un ala en el lado oriental y dos alas contiguas en el septentrional. En las tres es difícil apreciar las compartimentaciones interiores, pero las diferentes alturas de los derrumbes de las paredes sobre la base apuntan a esa dirección. El edificio posee bajo una acumulación de piedras sacadas del bancal próximo, bloques de costra calcárea arrancada de sustratos de la zona de labor y restos de materia vegetal calcinada, el muro de cierre sur y una estancia adosada cuadrangular del ángulo sureste que se aprecia en la fotografía aérea de 1957 (fig.8.B).
Casa nº 16: Se trata del edificio más nororiental de la alquería y se sitúa junto al camino, con una planta rectangular, de 18 m de largo y 4 m de ancho (72 m2), constituida por dos estancias separadas por un murete central. La conservación del terreno permite asegurar que nunca tuvo un corral o patio adosado (fig.8.E).
Casa nº 17: Se trata de una estancia de planta rectangular con un lado oblicuo que termina por darle una forma trapezoidal Tiene un superficie de 82,5 m2 de superficie y 15 m de ancha por 5,5 m de ancho, esto último poco usual en el resto de construcciones.
Muro nº 18: Entre la casa nº 5 y la nº 12, se aprecian los restos de un muro de 18 m de largo que en la actualidad es imposible de relacionar con ninguna de las viviendas y que por su orientación enlazaría con el ángulo noreste de la casa n1 11 y el ángulo sureste de la casa nº 12. Podría tratarse de los restos de una casa de la cual ha desaparecido el resto o ser un muro de cierre de un corral, o el antiguo muro de una cerca perimetral de la alquería que se desmontó al ampliarse con el paso del tiempo y las construcciones de nuevas estancias. Por el momento no es posible decantarse o atestiguar su posible función.
Corral nº 19: En la actualidad se conserva fuera de uso y abandono el Corral del Pocico, cuyas características constructivas son tan semejantes, al menos en lo que respecta a la planta del edificio, que consideramos necesario incluirlo en la presente descripción de la alquería. Posee una orientación similar al resto de los edificios descritos, quizás su eje este un tanto más orientado hacia el sur. Su planta rectangular de 22 m de largo por 16 de ancho, lo que nos da una superficie total de 352 m2. Se configura a partir de un corral central al que se accede por el muro oriental, y dos alas. la septentrional se configura con tres espacios, uno, el más oriental para guardar forraje para los animales, el central para el refugio del ganado y el occidental para las ovejas que han parido. El ala occidental sirve de vivienda para el pastor, donde se aprecia la chimenea y una alacena abierta en el espesor del muro.
Las paredes se realizan mediante mampostería trabada con barro, estando las esquinas y las jambas de la edificación realizadas con bloques paralepípedos desbastados a modo de sillerejos. Solo la estancia del pastor conserva restos de un enlucido de cal. Los dinteles son rollos de madera y la cubierta actual, a un agua, es un forjado de vigas de madera, sobre el que se levanta un cañizo y tejas árabes. El alzado de los muros es de 2 m el exterior y perimetral y 1,5 m el interior.
En el patio aflora roca, al haber extraído los excrementos del ganado para abono de los cultivos, y como higiene para el mismo. No es posible determinar el pozo que da nombre al corral, quizás por haberse tapado para evitar accidentes al haberse secado o quizás inutilizado o por relacionarlo con el existente unos 400 m al sureste, en el estrecho de la loma de Los Pocicos.
Cabe la posibilidad de que con motivo del cultivo del espacio entre el corral y las casas 15, 16 y 17, una parte de la alquería, al igual que su frente meridional, fuese desmantelada bien sea para la construcción del corral o como lugar de cultivo, como puede apreciarse en la fotografía aérea de 1957.
3.2..ANALISIS CONSTRUCTIVO.
Pese a estar realizando una descripción del yacimiento sin que este haya sido excavado, creemos que no es óbice para no intentar efectuar una primera aproximación a las estructuras objeto de estudio, a la espera de una futura intervención que permita profundizar en la funcionalidad de los espacios, su evolución cronológica y su encuadre cultural dentro del poblamiento islámico de la zona.
Fig. 7. A. Ortofotografía del Villar de Hoya Honda con la topografía superpuesta.
Un análisis de la planta levantada muestra claramente por un lado una organización del espacio y por otro las características generales del tipo de construcciones (fig.7). En el primer caso queda claro que las casas se agrupan de modo general en dos grupos separados por un espacio central sin edificar. El conjunto de edificaciones occidental, casa nº 1 a nº 9, muestran una agrupación a modo de manzana en la que las viviendas o están muy próximas las unas a las otras o terminan uniéndose entre si, quizás como resultado de la construcción de una tercera vivienda a partir de los muros exteriores de otras dos precedentes. Los pasos entre ellas son uniformes en su tamaño y perimetrales a las viviendas, lo que termina por dar un aspecto de manzana o barriada. En el lado opuesto estarían las construcciones orientales, configuradas a partir de tres casas, nº 13 a 15, donde la nº 15 por su tamaño y regularidad termina por ser el punto central del conjunto. Entre ambos grupos queda un espacio de 45 m de largo por unos 30 m de ancho, donde tan solo existe una construcción de una sola estancia y dimensiones muy reducidas, emplazada en centro (nº 10), algo que claramente es intencionado. Finalmente y de forma asilada, en la parte septentrional y junto al camino se dan una serie de construcciones que carecen de patios o corrales (nº 11, 12, 16 y 17). Solo su excavación podría apuntar a su funcionalidad dentro del conjunto.
B. Topografía del yacimiento del Villar de Hoya Honda
y numeración de las unidades constructivas catalogadas.
En segundo lugar las casas, al menos las que están formadas por más de una estancia, se constituyen y organizan de una forma bastante similar, un gran patio, que llega a suponer los dos tercios del recinto y una serie de alas o crujías que en el caso de ser única siempre se encuentra en el lado norte, con los vanos abiertos al sur; las laterales pueden estar tanto a un lado como a otro, ocupando toda el ala o solo una parte. La mayoría de las crujías septentrionales se dividen en dos y casi siempre en tres estancias, separadas por muros de menor espesor que los que configuran el recinto exterior. No es posible determinar -en la fase actual de investigación - si en el interior de estas estancias existen silos, tal y como sucede en otras alquerías estudiadas hasta la fecha, como es el caso de Jolopos (Granada) (Bertrand, Sánchez y Garrido, 1998: 63).
En todos los casos uno de los muros perimetrales queda libre de construcciones, por lo que es factible pensar que pudieron servir para construir cobertizos, establos o corrales abiertos.
Pese a que no es posible establecer con certeza el emplazamiento del acceso principal a las viviendas, no parece que exista, como ocurre en el ámbito urbano o en alquerías de mayores tamaños y más densificadas, el empleo de zaguán para preservar la intimidad del interior. Esta circunstancia puede ser debida a que al estar la mayoría de las crujías en la parte septentrional de las casas y todas orientarse y organizarse del mismo modo, el patio o corral hace una función similar a la del zaguán, en especial si la puerta se encuentra en una de las esquinas opuestas. También es posible que el reducido número de habitantes y su relación de parentesco hagan innecesario este tipo de elemento, pues se trata de una solución arquitectónica más propia de espacios urbanos.
Por sus reducidas dimensiones no se aprecia la existencia de una trama u organización que condicione el tránsito por la alquería, pues por su lado norte se emplazaría el camino, el espacio abierto en el centro daría paso a las construcciones de ambos lados y los espacios de circulación entre el conjunto occidental son lo suficientemente abiertos para facilitar el acceso a los mismos, pese a que todo parece indicar que algunas casas surgen a partir de otras ya existentes con anterioridad.
NOTAS AL MARGEN DEL TEXTO:
7
Esta zona fue objeto de planes de concentración de parcelación agrícola en los años sesenta por el IRYDA, con el fin de mejorar la producción al implantar los tractores y cosechadoras. Fruto de ello fue la construcción de un silo de grano junto al apeadero ferroviario y un buen número de conflictos entre propietarios (Maceda Rubio, 2014, 15). (volver)
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