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Año 1963.
1 de julio de 1963.

Dos higueruelanos mueren en accidente laborar en Sax.

Información recogida para esta página el año 2016, cuando han pasado ya mas de  50 años, gracias a la colaboración de Antonia Correoso Mínguez, hija de uno de los accidentados.


El día 1 de julio de 1963, se produjo un grave accidente en la fábrica de papel de Sax, donde murieron por asfixia tres personas, dos de ellas paisanos nuestros.

El primero, José Correoso Corredor de 33 años, casado con la higueruelana María Mínguez Martínez, padres de una niña de 5 años.


José, María y su hija Antonia


La otra victima Jaime Mínguez Martínez, de 36 años, casado con Josefa Verdejo Tomás, padres de tres hijos. Marina, Agustín y Jaime.


Fotografía familiar de Jaime Mínguez, junto a sus padres Jaime Mínguez Sánchez y Marina Martínez Fresneda,
acompañado también por sus seis hermanos, Luis, Teresa, María, Fulgencio, Manuela y Blasa

José y Jaime eran cuñados. Vivían en Sax solo un año, donde se desplazaron para trabajar en la mencionada fábrica de cartón.

Copiamos el relato casi íntegro que el periódico regional El Valle de Elda, publicó cinco días después del fatal accidente. Ejemplar que aún conserva, como una reliquia Antonia Correoso Mínguez, la persona que nos ayudó a rescatar del olvido y poner en Nuestra historia de Higueruela esta información.

 TRES OBREROS MUERTOS POR ASFIXIA EN LA FABRICA DE CARTON DE SAX.
Este es el relato de los hechos publicado por el periódico "El Valle de Elda

LA TRAGEDIA.

En la fábrica de cartón de Sax, propiedad de don Isidoro Yagüe, hay una pileta o balsa donde se efectúa la mezcla de las materias que convertidas en una pasta se transformarán posteriormente en cartón. En ella una bomba eleva la pasta hasta la superficie, donde es conducida hacia el lugar en que ha de sufrir las operaciones de transformación.

En la mañana del lunes día 1 de julio corriente, se estropeó la bomba citada.  Como dentro de la balsa – de dos metros y pico de profundidad – quedaba poca pasta de cartón, el mismo dueño bajó el fondo para intentar arreglarla, sintiendo inmediatamente signos de mareo, por lo cual subió rápidamente a la superficie, saliiéndose fuera del lugar techado para respirar mejor el aire. Mientras él permanecía fuera, bajaron a la balsa los obreros José Correoso Corredor, de 33 años, casado y padre de una niña de cinco años, y Vicente Galiano Morán, sajeno, de 46 años y con tres hijos. Al parecer estos obreros removieron la pasta que había en el fondo, aumentado así el volumen y la intensidad de los gases venenosos que debieron derribarles sin sentido, pues cuando el señor Yagüe volvió a la balsa encontró tendidos en el suelo, al parecer sin vida, a los dos desdichados trabajadores. A sus gritos de socorro acudieron los demás obreros de la fábrica, y entre ellos Jaime Mínguez Martínez, cuñado de José Correoso que en un acto de ciego heroísmo, sin dudarlo un momento, al ver a sus compañeros tendidos en el fondo de la balsa, bajó para auxiliarlos, siendo también victima de las emanaciones que le dejaron sin sentido, perdiendo la vida allí junto con los que había querido salvar. Jaime Mínguez tenía 36 años de edad, estaba casado y tenía tres hijos de corta edad. Natural de Higueruela (Albacete) hacía apenas un año que residía en Sax.

Todavía se intentó hacer algo por los tres obreros que yacían en el fondo, por si quedaba un hálito de vida en ellos, y un cuarto obrero llamado Felipe Esteve se anudó una cuerda a la cintura, que sujetaron sus compañeros, y bajó al foso fatídico con la intención de recuperar a Jaime, que por ser el último tal vez estaría todavía vivo. Pero Felipe Esteve sufrió los mismos efectos que los anteriores, y sin sentido y con síntomas de asfixia fue izado a la superficie por sus compañeros, librándose así de una muerte segura. Viendo que no había manera de prestar ninguna ayuda a los hombres yacentes en el fondo, se mandó a por un potente ventilador que vació la balsa de los gases mortales, pudiendo entonces ser sacados los cuerpos sin vida de los tres  desgraciados obreros.

El entierro de estos tres hombres, caídos en el cumplimiento de su deber, constituyó una grandiosa manifestación del dolor que su tragedia había despertado en la industriosa población. El comercio y la industria cerró sus puertas para sumarse al acto, y era frecuente ver llorar a hombres y mujeres al paso del cortejo encabezado por los tres ataúdes.

Sax vivió una jornada de profundo dolor y a su luto nos unimos nosotros en nombre de toda Elda. A sus desconocidos familiares nuestro más sentido pésame; a ellos, a los caídos en el frente de trabajo, nuestras oraciones y que Dios les haya cogido en su seno.
Firmando Pedro López Valle de Elda, semanario de información local   6 de julio de 1963




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