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Año 1928.
Niña rescatada de un pozo de 15 metros de profundidad.
20 agosto 1928
Os envío un artículo que se publicó el día 20-08-1928 en el que entonces era el diario de mayor circulación de la provincia, EL DEFENSOR DEL PUEBLO. En él se hace mención a un suceso que acaeció en casa de mi abuelo Juan Aparicio Molina, y cuya protagonista fue mi madre Isabel Aparicio Cano, En el mismo se hace referencia también a la Posada de Mateo, donde se hospedaba el héroe de la hazaña, un tal Miguel Sarrión Díaz. El recorte de prensa se lo encontré a la cartera a mi padre Porfirio, recientemente, tras su fallecimiento. Correo electrónico.
(Juan Marín Aparicio)
DESDE HIGUERUELA ACTO DE HEROISMO.
Ha ocurrido pocos días há en este pueblo un suceso que, gracias a la humanitaria intervención de un valeroso y decidido, no ha costado la vida a la preciosa niña de 9 años de edad Isabelita Aparicio Cano.
El vecino de ésta, don Juan Aparicio Molina, tiene en el patio de su casa, calle de Primo de Rivera, un pozo de 15 metros de profundidad, que contienen como unos dos metros de agua. De esta pretendieron sacar, valiéndose de un pesado cubo, sujeto a una cuerda, Isabel tierna hija de don Juan y otra amiguita suya, de la misma edad, pero hicieron con tan mala fortuna la operación. que al tomar en sus manos para vaciarlo el cubo lleno de agua, rompióse la cuerda y la niña y el pozal fueron al fondo del pozo vertiginosamente, al mismo tiempo que se lanzaba hacia la calle despavorida y pidiendo auxilio, la inocente amiguita.
En la posada que existe frente a la casa del suceso, hallábase providencialmente uno de los mineros que don Blas Cano Bueno tiene ocupados en ensayos de alumbramiento de aguas, llamado Miguel Sarrión Díaz, quien, veloz como un rayo, al oír las voces de angustia que demandaban socorro, se presentó en el pozo, preparando seguidamente una soga y bajando por ella al fondo, extrajo a la niña que se hallaba presa del pánico que es de suponer, en presencia de una muerte inminente.
;Ni la mas leve rozadura, ni la más ligera contusión sufrió la pequeña y linda Isabelita con ocasión del experimentado accidente, que pudo en verdad tener muy lamentables consecuencias.
En cuanto al salvador de la niña, humilde hijo del trabajo, ejecutor entusiasta del plan de obras concebido por el señor Cano, jamás se separa de sus tareas; y suerte fue que tan a la mano se hallase en ese preciso instante.
Merece esto una recompensa económica?, no; pues nos consta el desinterés y altruismo del señor Sarrión. Pero, ¿Porque no pedir para él una compensación o premio, dignos del acto realizado?
Lanzada está la idea. Recójala quien tenga bríos para llevarla a cabo, que ciertamente encontrara nuestro modesto pero decidido apoyo. Firmado CORRESPONSAL.
Para confirmar la veracidad de esta noticia consultamos en el Archivo Histórico y, efectivamente esa noticia se publicó en el periódico EL DEFENSOR DE ALBACETE, pero nos costó encontrarla, ya que fue publicada el día 24 de agosto de 1928, cuatro días después de la fecha que indicó en su nota el corresponsal ¿ del que no sabemos quien pudo ser? a si como el nombre de la amiga compañera de fechorias de Isabel.(aminguez 2012).
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