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HIGUERUELA en 1906.
(José Colmenero)

Por un fallo informático no pudieron publicarse estos apuntes en el Programa de Fiestas 2006, para el que fueron redactados a petición de la Comisión. Aprovecho la generosidad de Antonio Mínguez que, una vez más, me abre su página web para que la técnica remedie en lo posible lo que un manazas (yo) malogró. Gracias.

Esto es algo de lo que ocurría en nuestro pueblo hace ahora un siglo:

Comenzó el año con la constitución del nuevo Ayuntamiento que estaba formado por el alcalde y nueve concejales. Con 6 papeletas a favor y 4 en blanco se proclamó alcalde Francisco Cano Arnedo. Uno de los concejales era Benito Mancebo Sáez (¡ y nos viene diciendo que tiene cuarenta y pocos años!)

Quedaron formadas tres comisiones: Hacienda, Policía Urbana y Rural y Gobierno Interior.

Como pedáneo de las Casillas figura José Rodenas González y de la Cañada, Pedro Cano Aparicio. Se crea en esta ocasión el partido rural de Oncebreros nombrándose como pedáneo a Diego Molina del Rey.

En octubre del año anterior había muerto el alcalde, Blas Abellán Navalón y le sustituyó Manuel Verdejo Sáez, quien antes de que tomara posesión el nuevo Ayuntamiento, propone el cese de todos los funcionarios porque no está satisfecho del desempeño de su trabajo, (lo que dicen que quiere hacer ahora, atenuado, el Ministro Jordi Sevilla); conservó su puesto solamente el secretario. Además decide desalojar a los que vivían en las tres casas del Ayuntamiento y a los que cultivaban las tierras municipales en el Charco y la Fuente Casa. La nueva Corporación confirma a todos los funcionarios que habían sido nombrados por Manuel.

Tomás García Marín confecciona un bastón de mando para el pedáneo de Oncebreros. Se pagan por él 3 pesetas. También se pagan 17´15 pesetas por trece arrobas y dieciocho libras de carbón vegetal con destino a los braseros de las oficinas del Ayuntamiento.

Era maestro de la escuela de niños D. José del Rey Aguilar que vivía en una casa de Matias Navalón en la calle del Rosario. En esa misma casa estaba la “ sufrida escuela de niños” . En octubre la declararon en ruina y se trasladaron, vivienda y aula, a una de Tiburcio Cano García.

Para el funcionamiento de la escuela de las Casillas de Abajo se consignan 150 pesetas. Felipe Cano Fernández era el maestro.

Los sargentos del ejército, retirados, Miguel Cantos González y Juan Navalón del Rey son nombrados talladores de los quintos y declaran a uno “corto de talla”; medía 1´51 m.

Setenta y un varones aparecen en la lista de nacidos en 1886 (quintos del año 1907), de ellos 43 ya habían fallecido.

Oficialmente había 63 pobres. La relación de sus nombres, a efectos de asistencia sanitaria, se le pasa al médico. Éste (D. Melquíades) no estaba muy conforme con que lo hubieran catalogado de 4ª categoría, cobrando 999 pesetas al año, y pretendía que lo declarasen de 3ª (1.500 pesetas). Pero nada. El Ayuntamiento se escuda en el número de vecinos, en las distancias que tiene que recorrer y en el número de pobres y así justifica esa catalogación.

Como copropietario del monte Sierra Procomunal, el Ayuntamiento concede permiso para que instalen postes para llevar la luz y el teléfono a Chinchilla. A Higueruela tardaría unos años más en llegar.

Hacía tiempo que se tenía que haber subastado una de las tres casas del Ayuntamiento, la del Pósito, que estaba en la actual calle Ramón y Cajal, junto a otros bancales, pero no había inscripción en el Registro de la Propiedad y este año siguen sin subastarse.

En Junio se recibe una carta del alcalde de Madrid con un volante del Gobernador “excitando al celo de este ayuntamiento para que acuerde suscribir alguna cantidad para la formación del álbum que ha de entregarse a S.M. el Rey D. Alfonso XIII con motivo de su próximo casamiento con la Princesa Victoria Eugenia de Battemberg” El Ayuntamiento se adhiere a la satisfacción por la realización de acto tan plausible y acuerda suscribirse por la cantidad de diez pesetas.

    El año anterior, el Rey giró una breve visita a Albacete y la corporación fue invitada a que asistiera a la recepción, mediante una carta autógrafa del Gobernador de fecha 8 de abril.

    Se encargaba de regir el reloj público (que estaba en la torre de la iglesia) José del Rey Gómez. Por este cometido cobraba unas 40 pesetas al año.

    Trasladaron la fuente de la Paja , que estaba en la calle Nueva, al camino de la Cruz, esquina a la bodega de Cano Hermanos, en un bancal de Cándida Serrano. Su anterior emplazamiento era un foco de infección por el derrame de las aguas sobrantes de abrevar las caballerías en grande número y por impedir en muchas ocasiones el tránsito de personas.

    El cementerio, que se construyó en 1856 para clausurar el que había junto a la iglesia, es motivo de denuncia por parte de algunos concejales y particulares porque el cura, D. Juan José Martínez Bonete, sigue vendiendo parcelas. Se pretende que se reconozca como municipal y hacer una ordenanza para autorizar la construcción de panteones y cobrar derechos de enterramiento. Este conflicto se resolvería tras varios recursos a favor de la municipalidad.

Algunos precios de la época, al por menor (menos de 6 litros ó kgs.): 1 litro de aceite, 0`90 pesetas (hoy lo he pagado yo a 748`73 pelas); de vino, diez céntimos de peseta ( ¿Te imaginas que ahora por un € te dieran más de 1.600 litros , con lo bueno que está el de la Cooperativa ?). Un kilo de carne lanar fresco o de cerdo, 1`50 pesetas ( ¡Todos los días, 24 de Mayo, y sin bajar a la carpa!)

Puestos en números, vamos con el presupuesto de la Fiestas : Se celebraron los días 21, 22 y 23 y había consignadas 300 pesetas. De ellas se llevó el castillo de fuegos artificiales 115, pagadas a José Bañón. El refresco que según costumbre se daba en la Casa Consistorial a los miembros del ayuntamiento, clero y banda de música, 20 pesetas. Los honorarios del Sr. cura, por la función religiosa del día 22 en honor de la patrona, 50 pesetas. El resto, para gratificar a la banda. Y poco más.

El Ministerio de Fomento había ofrecido construir 200 kms. de caminos vecinales en la provincia, aportando el estado el 48%. Conocida la propuesta y las condiciones, el Ayuntamiento decide que, si se construye la que va a Casas de Juan Núñez, aportaría toda la piedra que se necesitase dentro de su término y los jornales necesarios para su acopio y traslado hasta la obra. Esto lo valoran en el 52% necesario. ¡Pues sí que estaba cara la piedra, porque haber, hayla en abundancia en aquella zona!

Sitúate, lector, en el pasadizo que hay debajo del ayuntamiento viejo. A su derecha hay un estrecho pasillo que, entonces, “todos los vecinos de todas las edades y de ambos sexos utilizaban para hacer sus necesidades más indispensables de la vida, convirtiéndose en un lugar inmundo y en depósito de estiércoles”. El edificio de la casa consistorial tampoco contaba con “ ningún solar o retrete donde hacer esas necesidades”. Deciden cercarlo para evitar esos perjuicios y lo hacen saber al público durante 30 días. Y yo me pregunto dónde lo harían después los funcionarios del ayuntamiento ¿O tenían llave de la cerca?

Como sigue ocurriendo ahora, los conflictos por “rebañar” unos palmos ( o algo más que palmos) de tierra ajena ya se daban entonces. El Presidente de la Asociación de Ganaderos del Reino denuncia que varios particulares han interceptado vías pecuarias y se ordena un reconocimiento y un nuevo deslinde , que se llevó a cabo de inmediato con amojonamiento, en las siguientes:

  • * Desde los altos de la Fuente del Rincón, por Cueva Horadada, hasta la Sierra y Vereda Real.
  • * Desde el Mortero hasta el Salobralejo.
  • * Desde el abrevadero de la Carrasquilla , por los altos de Carcelén, solana de la Erilla y la Sierra.
  • * Los ensanches de los abrevaderos de Fuente del Sax, Canaleja, Juncal Gordo ( el Charco), Bete, Carrasquilla y Monfón.

Mucho ha llovido desde entonces, porque hoy no las reconocería ni la m. que las p. (Guerra dixit).

Aquellos años eran de una gran inestabilidad política y social en todo el Estado: Se había producido un leve repunte de la economía y con ella mejoraron un poco las condiciones sanitarias; la revolución social estaba en marcha; los conservadores habían agotado su ciclo y les toca el turno a los liberales, que en dos años tuvieron cinco gobiernos y cuarenta y seis ministros. Naturalmente, nuestro pueblo vive también los enfrentamientos entre grupos políticos, familiares o de intereses, que tienen reflejo en los documentos de la época. Pero mejor dejamos su apunte para otra ocasión.
¡Felices Fiestas.!
Abril de 2006.
José Colmenero López  

   
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