Mateo López Villena.

 

   

Don Quijote.

2005

¿Sabéis quien soy?  Yo soy Don Quijote,
Don Quijote de la Mancha;
he venido sin mi caballo Rinoceronte,
y ahora os diré donde está el desgraciado de Sancho Panza.


Pero antes de empezar esta historia,
y, antes de que todo esto se enriede,
como todos los años, es un placer,
señoras y señores:¡Va por todos ustedes!

Quisiera también rendir un merecido homenaje,
al único molino que tenemos, camino del cementerio.
Con el permiso del respetable,y estés donde quiera que estés,
esta faena de esta noche va por tí, amiguete Silverio.

Vuelvo a presentarme, yo soy Don Quijote,
por si no lo sabíais, el de La Mancha.
Hemos viajado en el futuro,
y nos hemos dejado caer muy cerquita de Almansa.

En nuestra nave del futuro aterrizamos,
a toda leche en la autovía.
Sancho, muy asustado, me dijo: -Mi señor,
me creo que nos han hecho una fotografía.

Si tú no sabes lo que son las fotografías, Sancho
que eres del siglo XVII, ¿es que estás tonto o qué te pasa?
Mas vale que estés en lo que estés
y me digas si tiramos pa Albacete, o tiramos pa Almansa.

Al rato nos pararon unos señores de verde,
¡Y nos enseñaron nuestro retrato!
-Buenas tardes, iban ustedes a 756 kilómetros hora,
venga carné de conducir y papeles de este aparato-.

Yo no sabía si quedarme en el sitio,
o coger la nave y volverme para casa,
hasta que oí decirle el uno al otro:
- Mi cabo, yo pa mí que estos son de la NASA-.

Muy educadamente me pidieron disculpas,
y que habían cometido un pequeño fallo,
y que no sabían que en la tripulación del Discovery,
viajaban también una burrica y un caballo.

Le dimos nuestra nave de recuerdo,
a cambio de nuestro retrato.
Vamos a centrarnos, a ver donde estamos, Sancho,
que ya llevamos aquí un buen rato.

Miré a mi derecha: ¡Oh! El castillo de Almansa;
seguro que con el señor feudal, plebeyos y plebeyas.
Miré a mi izquierda: ¡Oh! Aerogeneradores eólicos,
de las Energías Eólicas Europeas.

Pero ¿que mierda de gigantes son estos,
que están más secos que un silbio?
No me extraña nada, mi señor, me dijo Sancho,
con lo poco que ha llovio.

Yo comprendo por qué estáis aquí tanta gente:
Sois cientos de plebeyos y plebeyas,
vuesas mercedes han venido a ver llover,
aunque la lluvia de esta noche sea de estrellas.

Y mando un mensaje a la Comisión,
que sé que os vais a desvivir por estas fiestas:
Escuchar a la gente de HIgueruela,
y por favor no traigáis a más santipankis como los porretas.

Que desperdicio de carpa esa noche,
y que me perdona la última Comisión,
pero triunfó más que los Porretas
el grupo "Carne de cordero" y los teloneros "patatas al montón".

Volviendo a los gigantes de antes
y ya que no soy el rey Arturo de Inglaterra,
giré pa la izquierda, porque soy el que soy, el de la Mancha:
Señores, y que fuera lo que Dios quiera.

Subíamos los cuatro por la autovía,
cuando vimos luces de colores en el horizonte.
"Que extraño lugar, mi señor, me dijo Sancho,
Voy a inspeccionarlo con Rinoceronte.

Lo último que le oí decir a Sancho,
cuando me dejó en la carretera:
El caballo está sediento, mi señor,
¿tendrán aljibe en este tal Pasarela?.

Conforme se alejaban de mis estancias,
le grité con todos mis temores:
¡Agarra bien a Rinoceronte, Sancho,
se está asustando con tantas luces de colores!

"No se pueden pasar caballos"
Oía yo a lo lejos.
"Si quiere su caballo desahogarse,
hay unas yeguas muy monas en el Moralejo".

Si Cervantes levantara la cabeza, madre mía,
y me preguntara por mi fiel escudero,
a ver como le digo yo que aparte de tripulante del Discovery,
Sancho nos ha salio también putero.

Como decía el lobo a caperucita:
"Vaya como a cambiao el cuento"
Vamos solo falta que el Quijote haga bodas y entierros,
y en sus ratos libres, reparta cemento.

Pero en un momento de lucidez,
decidí emprender el camino.
Y llegando a este pueblo exclamé ¡Que bien me lo voy a pasar,
María santísima, y que corro de molinos!

Pero cuando se me fue el momento de lucidez,
empecé a ver gigantes hasta en los rastrojos,
y cuando cayó la noche, no os lo vais a creer,
empezaron todos a cucarme el ojo.

Para controlar a todos los gigantes,
me subí a lo más alto de una cumbre.
Y allí, al raso pasé la noche,
sin Sancho, sin mantas y sin poder echar lumbre.

Me quedé más helao que una llave,
y decidí bajar a inspeccionar esta población.
Unos jovenzuelos que me encontraron me dijeron
"Te vamos a quitar el frío, vente de botellón".

Llegué a beber de todas las botellas,
y ninguna pe pareció ser un botellón;
Mas bien eran todas iguales,
pero se me quitó el frío.¿menudo melocotón!

Disfruté muchísimo en el Charco,
hablando con todos los chavalotes.
Algunos decían ¿Que se habrá fumao este tío,
que nos está diciendo que es el Quijote?.

Cuando desperté a la mañana siguiente,
la burra de Sancho había desaparecido.
Cuando la encontré, un tal José Juan le decía:
"Ay mi burrica, ¿Donde te habías metido?

Señoras y señores, como pueden ver,
del argumento del libro, nada de nada.
¡María Santísima! si lo único que me cuadra de este pueblo
es que me hospedo en una posada.

Aunque aun no conozco mi aposento,
llevo tres noches durmiendo en el pasillo.
Me dieron una tarjeta en vez de una llave
y eso no hay forma de abrirlo.

Dando una vuelta por el pueblo
pasé por la Cooperativa del vino Santa Quiteria.
No estaba el horno para muchos bollos,
Don Quijote, cristi humo, que chispea.

Me encontré con un edificio enorme
y me dijeron que era una residencia de ancianos.
¿Residencia? Yo no veo aquí residir a nadie.
Hay que ver como están estos Higueruelanos.

LLegué al Ayuntamiento y me presenté:
Yo soy don Quijote de la Mancha.
El aguacil que había allí de turno me dijo:
"Si hombre, claro, y yo Sancho Panza".

Como no me hacían mucho caso, me fui al otro mostrador
y a un señor calvo que allí había, volví a presentarme.
"A mi ahora no me vengas con historias raras y
habla con la secretaria, que yo estoy a punto de jubilarme.

¿Quien es usted?, me dijo la secretaria.
LLame al alcalde, que soy un personaje de altura.
Esta usted hablando, nada más y nada menos que con el
protagonista más leído en toda la historia de la literatura.

Por fin me hicieron caso,
y todo por no presentarme como el Quijote.
Al rato, llegó el señor alcalde y me dijo:
"Sea usted bienvenido a Higueruela, señor Harry Potter".

Mire usted, señor alcalde, no es por na,
pero me están empezando a tocar los cojones.
Que yo soy Don Quijote de la Maaaaancha
¡Maria Santísima! A ver si entramos ya en razones.

El alcalde se me quedó mirando de arriba abajo,
y le dijo a la secretaria: ¡Ay Obdulia!
No se como nos las arreglamos todos los años
que entre pitos y flautas en este pueblo,
cada vez vienen peregrinos más extraños.

Yo me quedé mirando al alcalde y pensé:
"Como te coja el bigote,
os vais a enterar tú y la secretaria,
de quien es Alonso Quijano, mas conocido como el Quijote".

Y que sepáis que no he venido a veros,
y que tampoco he venido por lo del centenario.
He venido a este pueblo, ni más ni menos,
que a probar los cascos de patatas que hacen en el Acuario.

Y que se casa la María de Chipe,
y que se casa Alfonso el de Cabulleras,
y que desde aquí les deseo lo mejor de la vida.
¡Señoras y señores!
Muchas gracias por escucharme
Muy buenas noches
Y que ¡Viva Santa Quiteria!



Murga y Chascarrillos que Mateo López Villena relató en la LLuvia de Estrellas del verano 2005, en el Auditorio Municipal

   
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