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Aldeas de Higueruela.

Mi vida en la Fuente Lino.

Segunda parte. El vallejo de Antoņares, año 1960.
Por Francisco Sáez Tornero.   


Correo recibido el día 27 de marzo 2017.

Vallejo Antoñares, Fuente Lino.

Nos situamos otra vez en lo alto del Mojinete, y miramos ahora a la izquierda, allí empieza el Vallejo Antoñares.

Este Vallejo a diferencia del otro siempre fue de monte, solo se cultivaba "la rocha" del guarda. A mí me gustaba que las ovejas pastasen por allí, porque no había nada que guardar.

Este valle es mas estrecho y  corto que el otro, por aquí, "me montaba" yo mis historietas e imaginaciones, cuando siendo un niño andaba ya por allí con el rebaño. El fondo del vallejo es bastante angosto, en aquellos tiempos (cuando yo tenía alrededor de 10 años) para mí era todo un mundo de misterios, por allí me imaginaba yo por ejemplo las "correrías" del " Guerrero del Antifaz", que por aquellos tiempos era uno de mis preferidos.

Subiendo desde la aldea en el lado derecho del vallejo estaba La Cueva de los Vaqueros, un abrigo en unas rocas o "cinglas" como se dice por ahí; con piedras se habían hecho dos paredes,  sobre todo en invierno era parada obligatoria. Si llevaba "mistos", cerillas, con suerte (si había leña seca en la cueva) se podía hacer lumbre. Era una "ley no escrita" dejar algo de leña para poder encender la próxima vez, pero, como pasa con casi todas las leyes no siempre se cumplen, y en invierno el frio era mi peor enemigo, todavía ahora, cuando salen esas imágenes de nevadas y la gente disfrutando como enanos, me acuerdo de aquellos tiempos y aquellas situaciones, con el ganado encerrado y sin poder pastar, y con el calzado que teníamos entonces, abarcas con (piales) trapos liados en los pies, en cuanto te metías en corral del ganado, con la basura mojada, ya tenías los pies mojados. En los últimos 50, ya teníamos botas Katiuskas, pesaban la ostia, y eran frías como no te puedes imaginar, pero ya no te mojabas los pies.

Podría contar muchas situaciones, pero no vale la pena, los inviernos eran muy duros de pasar con los animales encerrados.

Volvemos otra vez al "Mojinete", bajando por lo alto de la parte izquierda es el linde con Mingo García,  no se exactamente en que año llegaron la familia Rodríguez, (los padres de Angelete), mis recuerdos (no lo tengo muy claro) son de poco después  que nosotros.

Me acuerdo de ver pasar al " Tio Amador", con su jaca blanca, era todo un personaje, buen conversador, yo era un crio pero me gustaba como hablaba. Procedían de Villapalacios, que aunque pertenezcan también a la provincia de Albacete, por lo menos en aquellos tiempos nosotros los veíamos, diferentes en la forma de hablar, y sobre todo en la forma de cargar las caballerías, eran verdaderos "artistas" con las cuerdas o sogas, eran nuestros "vecinos", mis hermanos tenían bastante relación con ellos, mi hermano Juan, creo que ya en los 60, fue con un cuñado de Ángel a comprar unas vacas por allí por Villapalacios, las tuvimos una temporada, hasta que engordaron, mi hermano dice que hizo un buen negocio, pero yo no lo tengo tan claro, las vacas y las ovejas no son compatibles, por donde pasan las vacas dejan un reguero de m...da ,impresionante.

Todo hay que decirlo yo por aquellos tiempos, (digamos hasta los 60,) cada año cuando a últimos de él vendíamos los corderos a Cesario Tolsada, me costaba un “dijusto”, y alguna lagrimilla, me dejaban sin mis "compañeros de correrías.
Saludos.
Paco Sáez Tornero.xx

   
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