Año 2005.
LOS  CONEJOS DE COSTA.

Granjero con problemas con el campo de tiro de Higueruela.

Constantino Sáez, es sin duda, nuestro vecino mas popular y conocido  por la  prensa, no solo provincial, ya que los medios de comunicación nacional también han contado esa guerra tan irregular que mantiene nada menos que con el Ejército español.

El problema surge  porque "Costa", tiene en la aldea de Oncebreros a 5 kilómetros de Higueruela y desde el año 1993 una granja dedicada a la cría  de conejos.

Muy cerca se encuentra ubicado el Campo de maniobras y de tiro del  Ejército de tierra español. Cuando los militares hacen maniobras , las vibraciones y los ruidos de las  explosiones, el paso de los helicópteros a baja altura, los movimientos cercanos de los carros de combate, etc.,  producen un efecto de nerviosismo y estrés en las conejas de cría, abandonando los nidos con la muerte de los gazapos y por lo tanto ocasionando cuantiosas pérdidas económicas  en la explotación de nuestro paisano.

Esta lucha le ha llevado a protagonizar actos de protesta  en la provincia y incluso se ha desplazado a nuestra capital regional Toledo, donde estuvo junto con su esposa, protagonizando una huelga.

En esta página no queremos ser ajenos al problema y nos sentimos obligados a poner este comentario y lo documentamos  con recortes de prensa, donde se cuenta el problema de nuestro vecino.

EL CUNICULTOR DE HIGUERUELA DICE QUE EL EJÉRCITO LE HA HECHO PERDER 50 MILLONES

Constantino Sáez, el cunicultor de Higueruela indemnizado por el Ministerio de Defensa con 873.000 pesetas, después de que, la Audiencia Nacional reconociera que el ruido y las vibraciones que producían las prácticas militares en el terreno ocasionaban estrés a sus conejos, provocando la muerte de los animales e impedían la reproducción natural de los mismos,  criticó  las prácticas del Ejército del que dijo que, «a pesar de que tienen una zona delimitada para realizar las prácticas se salen cuando quieren y pagan (por los daños que ocasionan) lo que quieren, cuando pagan». El granjero afirma haber perdido 50 millones de pesetas.

Sáez también señaló que, «abandonan instalaciones, como la de Peñacárcel, hechas con el dinero de todos y después de las maniobras tiran miles de pesetas en alimentos, que luego la gente de la Hoya recoge». El cunicultor de Higueruela afirmó que las pérdidas ocasionadas en su explotación desde 1993 ascienden a 50 millones de pesetas, «ha habido años en los que he tenido más gastos que ingresos» y añadió que la indemnización recibida sólo le ha servido para «darle en la cara a los que se reían de mí».

Las denuncias del granjero también incluyeron al Laboratorio Pecuario de Albacete, pues según sus declaraciones, «me dijeron que no podían hacer análisis de los animales por falta de personal, con lo que tengo que mandarlos a Zaragoza, donde tardan en llegar tres días y cuando lo hacen ya no están en condiciones».

En cuanto al futuro de su explotación manifestó que en la actualidad tienen unas 200 conejas de cría, «las que puedo atender, porque mi hermano se tuvo que buscar otro trabajo y si en Navidad vuelven a comenzar las maniobras me quedaré sin trabajo», y agregó que «con 48 años tengo difícil encontrar un nuevo trabajo, pero si las cosas siguen así tendré que cerrar, porque no tengo posibilidades de montar una granja como la que tengo en otro lugar y hacer una inversión de 25 millones de pesetas»

«Se han encontrado proyectiles a 300 metros de mi granja, que se encuentra a unos 5 kilómetros del campo de maniobras de Chinchilla y a 200 metros de la población de Higueruela, la única solución sería que el campo de maniobras cerrase».

Constantino Sáez dijo que ha vuelto a pedir audiencia al presidente de la región, José Bono.

Toledo,04/03/04
El cunicultor de Higueruela vuelve a protestar en el Palacio de Fuensalida.Constantino Sáez llegó acompañado de su mujer y con una jaula de conejos vivos.  El objetivo del manifestante era entrevistarse con el presidente regional José Bono.

El cunicultor Constantino Sáez denunció ayer en un acto de protesta ante el Palacio de Fuensalida de Toledo los daños que el campo de tiro de Chinchilla ocasiona a su granja, donde los conejos mueren y tienen problemas de reproducción por el «estrés» que les provocan las maniobras militares.

Sáez y su esposa Josefa Fernández se situaron ayer frente a la sede del Gobierno de Castilla-La Mancha con una jaula con dos conejos vivos y carteles donde pedían ser recibidos por el presidente regional José Bono, a quien piden ayuda ante los daños económicos que las maniobras militares causan a su explotación, ubicada en Higueruela, a escasos kilómetros del campo de tiro.

La clave

El cunicultor explicó que los disparos y el ruido que se produce en esta instalación del Ejército del Aire, «provocan situaciones de estrés a los conejos hasta el punto de provocarles la muerte e impedir su reproducción».

Sáez ha denunciado en reiteradas ocasiones la situación que sufre desde 1998, por lo que no puede precisar con exactitud la cuantía de los daños que ha ocasionado esta situación a su explotación, que comenzó a funcionar cuando el campo de tiro ya estaba instalado.

Según el cunicultor, «en 1994 los informes periciales del Laboratorio Pecuario de Albacete dictaminaron que la causa de las muertes de los conejos se debía a una enfermedad no reconocida y estaba relacionada con las situaciones de estrés que los disparos provocaban en los conejos».

A pesar de ser recibido en su día por el anterior alcalde de Higueruela y por el ex consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Fernando López Carrasco, este ganadero no ha encontrado solución a su problema, por lo que critica la «pasividad» del Gobierno regional y de su presidente, José Bono, al que pidió audiencia en 1994 «y se negó a recibirme» añadió.

Se da la circunstancia de que Sáez fue indemnizado en el año 2000 por el Ministerio de Defensa con 5.246 euros, 873.000 de las antiguas pesetas, por los daños causados en su explotación según dictaminó la Audiencia Nacional.

El empresario manifestó su «intención de permanecer aquí todo el día hasta que Bono me reciba» para exponerle sus problemas y explicó que, en estos momentos, tanto su vivienda como la de sus padres se encuentra embargada y no puede hacer frente al pago de los préstamos que tiene contraídos en relación con su explotación.

Mientras Sáez y su esposa permanecían ante el Palacio de Fuensalida, en su interior el Portavoz del Gobierno, Emiliano García-Page, a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno manifestó sobre este asunto que el citado cunicultor ha tenido muchos contactos con la administración regional para exponer su problema y se le ha atendido. «Otra cosa distinta es que nunca se puede asegurar que a uno le tengan que dar la razón o que se pueda estar de acuerdo. Pero la Administración regional ha estado atendiendo sus solicitudes», concluyó el consejero.

Albacete, 24/08/03
El estrés de los conejos, diez años de lucha
Constantino Sáez teme que las maniobras militares de septiembre afecten de nuevo a sus animales. El cunicultor de Higueruela afirma que ha perdido más de cien millones de pesetas

El granjero de Higueruela Constantino Sáez, propietario de una explotación de conejos, lleva ya una década viendo con impotencia como sus animales mueren a causa del estrés que les provocan los ruidos del campo de maniobras de Chinchilla.

Esta situación, que denunció en 1993, lejos de atenuarse, se ha agravado con el paso de los años, hasta el punto que el cunicultor asegura que «ni con cien millones de pesetas tendrían dinero suficiente para indemnizarme»

Hace más de cuatro años, la Audiencia Nacional le dio la razón. Los tribunales consideraron hecho probado que sus conejos morían por las vibraciones que soportaban cada vez que se lanzaban las bombas de las maniobras. Sin embargo, después de ver como su granja pasaba de 3.000 a 300 conejas en sólo quince días, la única indemnización que recibió fue de 872.000 pesetas.

A pesar de todo, Sáez no se rinde. «La granja la mantengo como prueba y no la quitaré hasta que me indemnicen», comentaba ayer consciente de que en septiembre, cuando lo militares vuelvan a Chinchilla, su pesadilla continuará. Esta guerra ficticia a la que el Ejército somete a sus conejos ha llegado a matar a cincuenta en un solo día, sin olvidar que las hembras, asustadas por el ruido, se quedan estériles.

En los últimos diez años, Sáez ha recurrido al Defensor y a la Defensora del Pueblo, a los tribunales y a la Junta de Comunidades, pero nadie le da una solución. A este granjero sólo le queda el consuelo de que no se ha inventado nada. La Audiencia Nacional le dio la razón y, por tanto, no queda la menor duda de que sus conejos mueren por el ruido de unas maniobras militares que se desarrollan a menos de tres kilómetros de su granja. El problema está, según reconocía el cunicultor, en que «de la razón no se come».

A Constantino Sáez ya no le quedan ni fuerzas ni dinero para retomar la batalla legal. Después de tantos años de lucha, ha puesto sus esperanzas en el Gobierno regional, ya que, en su opinión, «si Bono es el presidente de todos los castellano manchegos, tiene que darme una solución». Pero la respuesta no llega. En una década de insistentes intentos, no ha conseguido que el presidente de la Junta le escuche. Además, ni las protestas frente a la delegación de Defensa, con los conejos muertos, ni la música con la que trató de tranquilizar a sus animales dieron resultado.

Para colmo, este verano se ha encontrado con las bajas producidas por las altas temperaturas, por lo que se enfrentará a las maniobras militares con una granja de 300 conejos. «Si empiezan con fuerza, en dos días me dejan con menos de cincuenta animales», se lamentaba Sáez, quien ya en 1999 tuvo que buscarse un trabajo más seguro para hacer frente a las deudas. El viernes, sin ir más lejos, se desplazó hasta Albacete para entrevistarse con los bancos. Nunca pensó que un negocio en el que puso todas sus esperanzas le iba a buscar la ruina, de la misma manera que en 1987 le costaba imaginar que las misteriosas muertes de sus conejos tenían la respuesta en el campo de maniobras.

Antonio Mínguez/2005
0329